En mayor o menor medida, los productos y servicios tienen un impacto sobre el medio ambiente en todas o algunas de sus fases (producción, utilización y eliminación).
El ecodiseño constituye una de las piezas fundamentales de la economía circular y es por ello que, cada vez más, las empresas incorporan la sostenibilidad y la innovación a sus productos como criterio de responsabilidad ambiental y también de competitividad.
En mayor o menor medida, los productos y servicios tienen un impacto sobre el medio ambiente en todas o algunas de sus fases (producción, utilización y eliminación), de ahí el papel trascendental que desempeña el ecodiseño de cara a mejorar el rendimiento medioambiental de los mismos a lo largo de todo su ciclo de vida: desde la elección de las materias primas hasta la gestión sostenible de los residuos generados, pasando por las etapas de fabricación, embalaje, distribución, comercialización y consumo.
Dada la gran importancia que tiene incorporar los criterios ambientales desde la primera etapa, se puso en marcha el proyecto europeo ECOSIGN, en el que participan 11 organizaciones de Eslovencia, Italia, Rumanía y España, siendo su pretensión formar a los diseñadores en tecnologías que ayuden a reducir la huella ecológica de los artículos creados en las industrias del envasado de alimentos, la electrónica y los textiles.
Entre las entidades que conforman el consorcio responsable de la ejecución del proyecto, que se encuentra financiado por la Comisión Europea a través del programa Erasmus+, disponiendo de un presupuesto asignado de 750.000 euros, cabría destacar, a nivel regional, el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación (CTC), el Servicio Regional de Empleo y Formación de la Región de Murcia (SEF) y el Centro Tecnológico del Mueble y la Madera (CETEM), que participa como especialista en ecodiseño, dada su amplia experiencia en este campo.
Al parecer, estos sectores tienen sistemas de producción y consumo con cadenas de suministro globalizadas, y, si bien las etapas de producción tienen lugar en el extranjero, lo cierto es que las de diseño, en la que se determina el 80% del impacto ambiental de un producto, se llevan a cabo por diseñadores europeos.
Definiendo el plan de estudios
En este marco, los socios del proyecto han celebrado diversas reuniones para acometer un nuevo plan de estudios conjunto y un curso de formación para ecodiseñadores europeos.
Hasta el momento, y haciendo uso del material didáctico desarrollado, se han celebrado cuatro cursos piloto, uno en cada uno de los países participantes, donde estudiantes y trabajadores de los sectores referenciados (envasado de alimentos, electrónica y textiles) se han formado, recogiéndose asimismo sus impresiones para implantar mejoras, teniendo en cuenta que el proyecto llegará a su fin el próximo mes de octubre.