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lunes, marzo 27, 2023

Coronavirus: la compra de pánico de papel higiénico y su huella medioambiental

Estanterías de papel higiénico vacías. Esta es una de las imágenes simbólicas detrás de la propagación del virus COVID-19 que tiene en vilo al mundo.

Los medios de comunicación internacionales dedicaron páginas enteras a este fenómeno, intentando explicar la razón por la cual los consumidores salieron a comprar este producto, por sobre otros, frente al miedo de tener que permanecer encerrados en sus casas durante un período de tiempo indefinido.

Y mientras la propagación del virus continúa amenazando la economía global y los mercados financieros, la industria del papel sigue beneficiándose de la creciente demanda de productos como el papel higiénico.

Lo cual resulta especialmente preocupante, si se tiene en cuenta que estos productos están hechos a base de pulpa de madera y su consumo impulsa la degradación de los bosques de todo el mundo.Las consecuencias para los pueblos indígenas, la vida silvestre y el clima global, son devastadoras.

El papel higiénico se ha convertido en el símbolo de la compra de pánico. Ello representa un problema, pero no porque se produzcan faltantes, ya que según los principales minoristas el papel higiénico no ha estado agotado en las tiendas durantes más de un día.

Desde que se ha propagado el COVID-19, la industria del papel ha aumentado su producción para satisfacer la creciente demanda. Lo que podría acarrear graves consecuencias medioambientales.

Tal como se ha demostrado en el último tiempo, la demanda de papel impulsa la deforestación tropical en todo el mundo. Organizaciones internacionales llevan años advirtiéndolo. En 2005, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) lideró una campaña acusando a los fabricantes de papel higiénico de desechar los bosques por el inodoro.

La imagen es fuerte, pero también real. En su momento, WWF expuso a cinco de los principales fabricantes europeos de tejidos, Procter and Gamble, SCA, Kimberly Clark, Metsa Tissue y Georgia Pacific.

Según se descubrió, ninguno de ellos ofrecía suficiente contenido reciclado en su papel higiénico. Además, el informe anunciaba que la mayoría de estos productos contenían fibras de alta calidad obtenidas directamente de bosques en todo el mundo.

Un informe reciente del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC) demuestra que esto sigue sucediendo. De acuerdo con el informe, el papel higiénico que utilizan los estadounidenses, es fabricado con pulpa de madera derivada de la tala de bosques canadienses.

Según el estudio, desde 1996, se han talado aproximadamente 28 millones de acres de bosque boreal canadiense y alrededor del 20% de esta madera es utilizada para la producción de papel higiénico, que representa el 23% de las exportaciones de productos forestales de Canadá.

Cabe recordar que el bosque boreal canadiense cubre casi el 60% del país y es el hogar de más de 600 comunidades indígenas que sufren los abusos de las grandes corporaciones que explotan los recursos de sus tierras ancestrales.

Gran parte de la tala en el área boreal se realiza en los territorios de pueblos indígenas. Tal como se enuncia en el estudio, si bien algunos gobiernos canadienses han hecho esfuerzos por que se respeten los derechos de los pueblos indígenas, al final, los negocios y la presión de la industria son más fuertes.

Afortunadamente, la situación no es idéntica en todo el territorio. En Nueva Escocia, por ejemplo, el primer ministro Stephen McNeil anunció recientemente el cierre de la fábrica de pulpa, Northern Pulp que, durante años, contaminó las aguas residuales en lagunas cerca de Pictou, hogar de una comunidad indígena.

La propietaria de esta fábrica es Paper Excellence, empresa que forma parte del conglomerado chino indonesio, Sinar Mas, controlado por la familia Widjaja. La fábrica, producía 280.000 toneladas de pulpa para la fabricación de productos como el papel higiénico y vertía sus efluentes tratados en las lagunas de Boat Harbour, que aún permanecen contaminadas.

Si bien en un año típico, la fábrica generaba más de 200 millones, la compañía aún le debe a la provincia más de 85 millones, dinero que debería ser destinado a la limpieza de las aguas que han contaminado.

Quizás, ahora que las ventas de papel higiénico explotan a nivel mundial, Paper Excellence pueda hacerse cargo de una vez por todas, de las deudas que mantiene. Quizás, los consumidores también empiecen a hacerse cargo de sus elecciones a la hora de comprar papel higiénico y otros productos.

El problema es que en general, los consumidores desconocen el detrás de escena de los productos que llegan a sus casas. Tal como lo dijo Shelley Vinyard, responsable de la campaña de NRDC de protección del bosque boreal de Canadá: «La gente realmente no piensa en sus compras de papel higiénico como decisiones ambientales”. Mientras que sí lo son.

Si bien la compra de pánico está directamente ligada a la incertidumbre que rodea la situación actual que atraviesan los países por la propagación del coronavirus, el uso intensivo de papel higiénico es un fenómeno que antecede esta crisis.

Desde ya hace un largo tiempo, agrupaciones ambientalistas y organizaciones internacionales intentan concientizar a la población para que reduzca su consumo de estos productos.

Ahora más que nunca, hay que tomar conciencia y actuar como ciudadanos responsables. Después de todo, no hay que olvidar que al tirar el papel por el inodoro, también estamos tirando parte de nuestros preciados bosques.

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