- El sector marisquero fue uno de los que más ha sufrido las consecuencias del cierre de la hostelería debido a la pandemia
El ser humano lleva recogiendo marisco y alimentándose de él desde el inicio de los tiempos. Un trabajo que poco a poco se fue profesionalizando y que hoy practican miles de personas en todo el país, sobre todo en lugares con tantos kilómetros de costa como Galicia. El marisqueo es un sector clave en esta Comunidad Autónoma, donde casi 4.000 personas (el 82% de ellas mujeres) se dedican a esta actividad. Y en Galicia el Marisco no es solo una pieza clave de su economía, sino también de su gastronomía, que sobre todo en Navidad y en los meses de verano se centra en platos con alimentos como vieiras, langostinos, navajas, centollos o los codiciados percebes.
En lo que respecta al marisqueo a pie, las especies que más se capturan son la almeja japonesa, la almeja fina, la almeja babosa y el berberecho. Según la Consellería del Mar de la Xunta de Galicia, el valor económico de estas especies mariscadas, superó los 50 millones de euros en el año 2014. Esto quiere decir que se recogieron cerca de 6.000 toneladas.
Cabe destacar que la pesca artesanal y el marisqueo de este tipo son los sectores más sostenibles y que más respetan el medio marino. Para que esta actividad sea realmente sostenible y controlada, es importante recordar que sólo pueden ejercerla aquellas personas con licencia para hacerlo, y que además tienen un amplio conocimiento de la fauna marina y del entorno. En los últimos años, el saqueo por parte de turistas ha afectado al trabajo de las mariscadoras, que dedican mucho esfuerzo a capturar estos bivalvos de forma profesional. Por otra parte también se enfrentan al furtivismo de personas que mariscan sin licencia.
Este año se ha abierto un nuevo frente para los trabajadores y trabajadoras de este sector, ya que la Comisión Europea quiere imponer nuevas regulaciones. Desde el sector pesquero critican las nuevas exigencias alegando que están hechas sin conocimiento de la realidad de las costas en las que se practica el marisqueo, en las que hay viento y temporales. Lo que pretende la norma europea es que tanto pescadores/as como mariscadores/as anoten sus capturas desde la playa, antes de llegar al puerto o a la lonja.
Por otra parte, este año el gobierno gallego anunció que ponía a disposición del marisqueo más de 2 millones de euros para proyectos que mejoren las zonas de producción y la protección de los ecosistemas. Esta ayuda llega en un momento clave, no solo por la importancia de proteger las costas y fomentar un marisqueo sostenible, sino porque la crisis del coronavirus ha afectado mucho a este ámbito. El sector marisquero de Galicia ha sido uno de los más afectados por el covid, en parte debido al cierre de la hostelería, importante fuente de ingresos de quienes comercian con marisco.
Los apoyos económicos de la Xunta quieren mejorar la productividad de aquellos bancos marisqueros que contribuyan a una mejora de la gestión y conservación de los recursos marinos. En definitiva, tratan de potenciar un marisqueo sostenible que no dañe ni el entorno costero ni a las propias especies, que no deben capturarse de forma descontrolada. Como ocurre con la pesca tradicional, existen normas y cuotas que no deben superarse para que esta actividad siga siendo sostenible desde el punto de vista ecológico y económico.
Estas ayudas también quieren impulsar proyectos que atenúen el impacto de las malas condiciones meteorológicas que este año provocaron mortalidad en algunos bancos de estas especies y el desplazamiento de muchas otras.
En resumen, el marisqueo es una actividad fundamental para la economía de Galicia, una región en la que más de 3.000 personas viven del marisqueo a pie. Es el primer eslabón de una cadena de la que disfrutan después el sector hostelero, los/as turistas y los/as propios/as consumidores/as gallegos/as. Para que esta actividad siga siendo sostenible, es necesario respetar las normativas y nunca capturar marisco si no somos profesionales y contamos con una licencia. Además, es importante que la normativa sea realista y se adapte a las necesidades del sector, al entorno costero y a la nueva realidad que deja la crisis del coronavirus.
Una pandemia que ha afectado, y mucho, a uno de los pilares del sector pesquero de esta Comunidad Autónoma. Actualmente el futuro de esta actividad tan antigua parece asegurado siempre que todos/as respetemos su funcionamiento y no tratemos de capturar el marisco por nuestra cuenta. Si lo que queremos es una mariscada, lo mejor es ir a la lonja o la pescadería, o mejor aún, a un restaurante en alguna ciudad costera.