Esta idea resulta especialmente relevante ahora, en un momento en el que la recuperación de otras economías europeas está siendo más rápida y vigorosa que la nuestra. Destaca especialmente el caso alemán, para el que la Comisión Europea augura un crecimiento de 3,4% o el de Francia, con un 1,6%. Por tanto, deberíamos aprovechar el tirón del mercado único para compensar el inconveniente de no poder devaluar nuestra moneda para ser más competitivos. Por otro lado, deberíamos incrementar nuestra actividad exportadora hacia las economías emergentes del mundo, que siguen creciendo a buen ritmo y muy probablemente lo seguirán haciendo, especialmente la de los BRIC, que ya generan el 20 por ciento del PIB global.
Muchas empresas españolas, líderes en sus respectivos sectores se han posicionado ya con éxito en mercados con un alto potencial de crecimiento. Para conseguirlo, se han centrado en la oferta de bienes y servicios con un alto valor tecnológico y de innovación tanto en el producto como en la gestión, de forma que compitan con éxito en el mercado internacional. Este es el enfoque de las empresas españolas más rentables del momento, que han sabido anticiparse a las condiciones y oportunidades de los mercados globales.
Empresas de infraestructuras, energéticas, de telecomunicaciones, etc. con un alto potencial de desarrollo a escala global, están llamadas a ser los motores de nuestra recuperación, haciendo del sector exterior un baluarte en la lucha contra la crisis.
Y siguiendo con la internacionalización y las exportaciones, pienso que también sería especialmente interesante para nuestra economía exportar al mundo un modelo de responsabilidad corporativa (RC) made in Spain.
Un modelo que ayude a mejorar la imagen y posicionamiento de la empresa española en los mercados internacionales. Un modelo centrado en una propuesta de empresa responsable y comprometida con el desarrollo sostenible, como parte de la estrategia de expansión y crecimiento de los negocios. Un modelo que sea reconocido por los gobiernos y los mercados financieros de los países de destino, así como por otros agentes prioritarios para las empresas.
Contamos ya con resultados sólidos, que confirman que la RC es un camino con recompensa. Hace tan sólo unos días se anunciaron las nuevas empresas que figuran en el Dow Jones Sustainability Index. Un total de 17 empresas son españolas, algunas líderes en su sector y muchas de ellas presentes un año más en este índice de sostenibilidad. La consolidación de un puesto en tan prestigioso índice mundial de 17 empresas españolas debería ser un ejemplo a seguir por otras muchas aún indecisas en hacer efectivo y público su compromiso con la sostenibilidad.
Además de estas 17, hay otras 23 empresas españolas que se encuentran entre las más sostenibles del mundo, según el Anuario de Sostenibilidad 2010 elaborado por PriceWaterhouseCoopers y Sustainable Asset Management (SAM). Otro motivo para confiar en la RC como factor de progreso y competitividad.
Quiero acabar esta reflexión destacando el esfuerzo y el liderazgo de las 13 empresas que lideran este proyecto – Adif, Cemex, Elcogás, Ence, Endesa, Grupo Financiera y Minera, Gamesa, Holcim, Indra, Metro de Madrid, Red Eléctrica de España, Solvay y Grupo SOS- todas ellas empresas que apuestan claramente por alinear sus políticas de RC con las prioridades y necesidades de la sociedad actual, de manera que puedan contribuir de forma real a un progreso económico sostenible.
fundacionentorno.org – Cristina García-Orcoyen – Directora Gerente de Fundación Entorno – BCSD España