El mensaje de consumir de forma moderada o sostenible también se repite en ciertos ámbitos, a veces con un tono paternalista, porque lo que es cierto es que todo el mundo quiere hacer regalos o tener algún detalle con aquellos que ama. Y de hecho, no hay que renunciar a ello, lo que hace falta es hacerse algunas preguntas:
¿Y si no compramos?
Así, la primera pregunta a hacerse es: ¿Tengo que comprar algún regalo?». Parece muy evidente que la respuesta es que sí, pero no siempre lo és. Y por eso es importante hacerse la pregunta. En este caso la palabra clave no es «regalo», sino «comprar». Se podría sustituir el verbo ‘comprar’ por ‘dar’ o incluso intercambiar ‘. ¿Por qué esta mejor visto comprar un libro nuevo que dar ese libro querido con el que pasamos días inolvidables? Y como este libro tantas otras cosas que podemos dar o intercambiar con alguien que las necesite. Podemos incluso organizar un mercado de intercambio en el ámbito familiar o entre los amigos, o directamente asistiendo a alguno de los mercados de intercambio se organizan habitualmente desde páginas web como Intercanvis.net.
¿Y si hacemos nosotros los regalos?
Continuamos, pues. De momento hemos descartado comprar. Intercambiamos como primer paso. Pero también podemos crear nosotros mismos los regalos, personalizándolos y haciéndolos únicos: tejer una bufanda, pintar un cuadro, reconvertir un objeto abandonado por casa en un regalo original, etc. El próximo 17, 18 y 19 de diciembre podeis coger ideas en el Drap’art 2010, Festival internacional de reciclaje artístico que se celebra en el CCCB.
¿Y si regalamos tiempo?
Hasta ahora se han propuesto opciones al consumo que implican tiempo, un regalo también muy apreciado y escaso ahora mismo. Regalar momentos sin una agenda cerca, regalar un masaje hecho por ti, regalar una cena sorpresa en casa, etc. A nivel más global, los bancos de tiempo cada vez tienen más seguidores y son una alternativa a los regalos habituales. Muchas localidades catalanas ya tienen bancos del tiempo que suelen ser gestionados por ayuntamientos y asociaciones locales. En Barcelona, por ejemplo, hay bancos del tiempo en los distritos de Sants-Montjuïc, Ciutat Vella, Bon Pastor, Gracia, el Raval y Guinardó (este último, creado en 1998, es el más antiguo de la ciudad). También existen en Pineda de Mar, Cardedeu, Sant Cugat, Lleida, Terrassa, Reus, y otras localidades. Podéis encontrar más información en la web de Jove.cat de la Generalidad de Cataluña.
¿Y si con un regalo, ayudamos a alguien?
Una vez hemos exprimidas las opciones que no implican una compra directa de un producto, llega el momento de plantearse qué compramos. Por un lado, existe la opción de comprar para los demás, para los que no conocemos. Esta es la alternativa que ofrecen algunas ongs como es el caso de Intermon Oxfam, que te dan la opción de regalar de dos maneras: directamente a tus conocidos e indirectamente a personas con menos opciones que se beneficiarán de tu compra responsable. En este sentido, el comercio justo es otra buena opción. Productos que responden a este comercio equitativo y que ya se pueden encontrar en tiendas no especializadas e incluso en grandes superficies. Sólo hay que buscarlos y comprarlos. Seguro que si la demanda aumenta, cada vez habrá más.
¿Tenemos que comprar todos para todos?
Si tienes una familia numerosa y tienes que realizar regalos para todos, y todos os haceis regalos entre vosotros; ¿os habéis detenido a pensar alguna vez en el impacto ambiental asociado a su consumo? Una alternativa, que también tu bolsillo te agradecerá, es hacer un amigo invisible. Es decir, sortear entre todos quien hace el regalo a quien. Hasta el último momento nadie sabrá quién le hace el regalo, y de esta manera sólo tendrás que hacer un regalo y a ti sólo te harán uno. Es una opción divertida y que evita el consumo compulsivo. Y no hace falta que envolver los regalos con papel de regalo nuevo. ¿Cuántos periódicos y revistas tiene acumulados en casa?
¿Y si compramos, qué compramos?
Pero, más allá de todas estas alternativas, es muy probable que os apetezca comprar un regalo más elaborado. En este caso también hay opciones, comprar productos más sostenibles, que estén ecodiseñados al máximo. A lo largo de todo el año se han ido presentando ejemplos en la sección de ecodiseños de Sostenible.cat. A continuación, sin embargo, hacemos propuestas directas de productos que pueden resolver ese regalo que no acabas de encontrar, ofreciendo no sólo un detalle sino también contribuyendo a un mercado más sostenible y equilibrado.
– Felicitar la Navidad. Una buena alternativa a las felicitaciones en formato papel, son las electrónicas. Cada vez son más las empresas y particulares las que eligen esta alternativa. Desde vídeos hasta postales originales, la gente cada vez se suma más a esta opción, que naturalmente resulta más sostenible y que muchas veces da más opciones. Este fue el caso el año pasado de la felicitación navideña de Vueling. Por otra parte, también existen ejemplos de postales de Navidad en formato papel pero que aportan un mensaje y además tienen en cuenta criterios sostenibles en cuanto al material y la producción. Este es el caso de las tarjetas We need more trees de Poko Design. Estas celebran el año internacional de los bosques y para ello te invitan a seguir las estrellas y crear bosques y biodiversidad. Todo en papel reciclado, impreso en tinta vegetal y producido a nivel local.
-Decoración navideña. No hace falta que un árbol de Navidad sea un abeto. Se pueden elegir especies autóctonas que luego podrán vivir todo el año y volver a ser su árbol de Navidad. También se puede contar con árboles de otros materiales como la madera, el cartón, o de materiales reciclados. De modo que tendrá árbol de Navidad de un año a otro. Este es el caso del diseño 100% en cartón ondulado de dossopdisseny. Este es plegable y se puede decorar con los clásicos adornos navideños. Hay varios tamaños y se puede guardar durante todo el año hasta que llegue la siguiente Navidad. Paperpod también ofrece esta posibilidad, con la diferencia que el cartón es reciclado.
-Juguetes que fomentan valores. La gama de juguetes «Ecoplanet» está especializada en juguetes de madera y en juegos con valores ecológicos. Últimamente hay una mayor preocupación por parte de los padres de escoger juegos y juguetes que fomenten en los niños valores educativos y el uso de la imaginación. Los fabricantes se están poniendo al día y cada vez ofrecen más juguetes sostenibles. Por otra parte, hay que recordar los juguetes tradicionales que no requerían de baterías y que eran muy divertidos como jugar a bolos de madera, hacer carreras de chapas, colaborar en juegos de cuerda, hacer construcciones, etc. Al final lo que quieren los niños es pasarlo bien y aún más si los adultos jugamos con ellos. Fijaos sino en la reacción de muchos niños pequeños cuando reciben un regalo: sacan el papel y juegan con él. Y el juguete es lo de menos. La caja y el papel de regalo son su nuevo juguete.
-Complementos únicos. Finalmente, siempre en la Navidad se suelen hacer regalos funcionales, como es el caso de una bolsa. Y más aún si ésta se puede montar y desmontar, sin necesidad de cremalleras, ni complementos metálicos, a partir de la técnica de origami. Y aún más. Esta bolsa está hecha con moqueta reciclada de ferias, la cual se ha tratado con productos no tóxicos y ha sido trabajada en talleres de reinserción. Un ejemplo de ecodiseño de Maamproject.
Así pues, disfrutar de la navidad y tener un consumo más moderado y sostenible es posible. Ahora bien, no hay que dejarse deslumbrar demasiado por las luces navideñas (aunque éstas sean de Leds). Disfrutar de la Navidad sin exigirnos un consumo desmesurado y con opciones coherentes y sostenibles, este es sin duda el mejor regalo que nos podemos hacer.