Los activistas de Greenpeace a bordo del Arctic Sunrise continuaron, durante el día de ayer, denunciando el saqueo de las aguas de África occidental. Fueron testigos de cómo siete buques factoría de la Asociación de buques congeladores pelágicos (PFA), de capital mayoritariamente holandés) operaban en estas aguas.
No es ilegal que estos siete buques –con bandera de Países Bajos, Alemania, Lituania y Perú– operaran en aguas de Mauritania, pero sí debe hacernos reflexionar sobre cómo se están explotando los recursos fuera de las aguas europeas, ahora que estos están sobreexplotados aquí.
Durante este año 2012 se va a cerrar la reforma de la Política Pesquera Común, PPC, por lo que tenemos una nueva oportunidad para conseguir que la PPC permita gestionar los océanos de forma que se recuperen, en lugar de permitir que sean saqueados hasta que se agote el último pez.
En Europa hay un problema de capacidad de la flota y hay que invertir esfuerzos en su reducción, y hay que comenzar por estas fábricas flotantes; hay que apostar por las artes más selectivas, las que crean más empleo y de mejor calidad. Estamos hablando de una verdadera apuesta por la pesca artesanal, el gran sector pesquero olvidado en las decisiones que se toma en Bruselas. Greenpeace defiende y apoya este tipo de pesca en España, en Europa y por supuesto en África, ya que implica cuestiones de soberania alimentaria, de conservación de los recursos y de asegurar un futuro para las generaciones venideras.
A pesar de que los representantes de PFA aseguran que actúan de forma responsable, admiten públicamente que el Gobierno mauritano no gestiona bien las pesquerías de especies pelágicas (1). Además, los acuerdos internacionales como la Ley del Mar de Naciones Unidas (UNCLOS, por sus siglas en inglés) y los acuerdos bilaterales de pesca permiten solamente pescar a las flotas de otros países el “excedente” del stock, los estudios científicos indican que los recursos pesqueros en África occidental están disminuyendo, incluso aquellas especies capturadas por la flota de la PFA (2).
Paloma Colmenarejo (@PalomaColme), responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace