El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha remitido a la Comisión Europea el Plan de Acción Nacional español de seguimiento post Fukushima, aprobado por el Pleno del Consejo en su reunión de 19 de diciembre de 2012.
Una vez concluido el proceso de las pruebas de resistencia a las centrales nucleares europeas y las correspondientes revisiones entre pares (‘peer reviews’), el CSN ha elaborado dicho plan en sintonía con el Plan de Acción de la Unión Europea, aprobado en agosto de 2012.
El documento, que también ha sido remitido al Congreso de los Diputados, compila las acciones que actualmente se están llevando a cabo o previstas hasta 2016 en España en relación con los programas iniciados a nivel nacional e internacional a raíz del accidente de Fukushima, así como sobre su proceso de implantación.
De acuerdo con las recomendaciones del Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG), dicho plan incluye, entre otros puntos, las conclusiones del proceso de las pruebas de resistencia realizado entre junio y diciembre de 2011; las sugerencias y recomendaciones emanadas de las revisiones entre pares de ENSREG llevados a cabo en marzo y septiembre de 2012; las recomendaciones generales compiladas, a nivel europeo, por el comité de dirección de las revisiones entre pares.
UNA RESPUESTA COORDINADA
Según explica el órgano regulador, a raíz del accidente que tuvo lugar el 11 de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima (Japón), todos los países europeos iniciaron acciones encaminadas a verificar las medidas de seguridad implantadas en sus centrales.
Sin embargo, en muy poco tiempo resalta que «se hizo patente» la conveniencia de desarrollar una respuesta coordinada dentro de la Unión Europea (UE) con el fin de asegurar que todas las centrales nucleares de dichos países fuesen lo «suficientemente robustas» para soportar situaciones similares a las que se dieron en la citada central japonesa.
Así, durante su reunión del 10 de junio de 2011, el Consejo Europeo acordó un plan para someter todas las centrales nucleares europeas a un conjunto homogéneo de «pruebas de resistencia», con el objetivo de evaluar la capacidad de las centrales para soportar situaciones más allá de sus respectivas bases de diseño e identificar los márgenes de seguridad que existían respecto de estas bases y las potenciales medidas que se pudieran adoptar para mejorar su seguridad.
ECOticias.com – ep