Ampliar la superficie verde de la ciudad y conectarla o conservar y mejorar el patrimonio natural son algunos de los objetivos del Plan del Verde y la Biodiversidad, que el Ayuntamiento ha presentado en la última comisión de Hábitat Urbano.
Este plan será el instrumento estratégico para renaturalizar la ciudad y crear una infraestructura ecológica, y trabaja con el horizonte puesto en el 2020 para que la ciudad pueda afrontar retos como el cambio climático y pueda obtener los máximos servicios ambientales y sociales del verde.
La hoja de ruta en materia de espacios verdes nace del trabajo técnico del Consistorio y de un proceso de participación con más de trescientos participantes entre expertos, entidades ambientales y sociales, empresas, gremios, colegios profesionales y diferentes administraciones, entre otros.
El plan cuenta con un presupuesto de más de sesenta millones de euros para el periodo 2013-2015, aunque son los primeros pasos para conseguir que el año 2050 Barcelona sea una ciudad donde la naturaleza interactúe y potencie el tejido urbano.
Espacio verde por todas partes
Entre las prioridades del Plan del Verde y la Biodiversidad está la creación de corredores verdes urbanos que liguen las áreas naturales periféricas con la trama urbana, y el aprovechamiento de rendijas urbanas, como terrados, paredes medianeras o los espacios entre edificios, para llenarlas de vegetación.
También se prevé generar nuevas formas de verde urbano, que sean próximas y productivas, por ejemplo, los huertos urbanos.