Son productos que se desechan debido a los malos hábitos de consumo, los altos estándares de calidad, los criterios estéticos o por la deficiente planificación de comercios y ciudadanos.
¿Sabéis quienes eran los “espigadores”…? Desde antiguo, después de la tarea de entresacar el trigo limpio de la era de los caseríos rurales, aparecían los espigadores, personas que recorrían la era para recoger del suelo todos los granos de cereal que habían quedado aparentemente desperdiciados en el suelo. Esta actividad, caída en el olvido, renace ahora gracias a iniciativas como la de la entidad “Espigoladors” (espigadores en catalán).
El proyecto MamaTerra trabaja desde el 2006 para educar a los niños en el respeto por el medio ambiente y ayudarlos a crear hábitos para niños y familias de alimentación saludable y consumo responsable. Es en este ámbito donde la actividad de la empresa social Espigoladors (espigadores) nos ha llamado gratamente la atención.
En España, donde el 27% de la población española se encuentra en riesgo de pobreza, 7,7 millones de toneladas de alimentos terminan en la basura cada año y en Catalunya son aproximadamente 720.000 toneladas anuales. Son productos que se desechan debido a los malos hábitos de consumo, los altos estándares de calidad, los criterios estéticos o por la deficiente planificación de comercios y ciudadanos. Estos alimentos se podrían haber consumido o se les podría haber dado otro uso.
En el mundo rural, los espigadores eran personas sin recursos que entraban a recoger lo que había quedado de las cosechas con el permiso del terrateniente. Se agachaban con dignidad y transformaban aquellos alimentos en diferentes productos. Hoy en día, y agravado por la crisis, nos encontramos con otros espigadores, aquellos que rebuscan los contenedores, que, a diferencia de los antiguos, se esconden y han perdido la dignidad.
OTRO MODELO
La empresa social Espigoladors (www.espigoladors.cat) propone un modelo transformador e innovador en la lucha contra el despilfarro alimentario y el consumo responsable, recuperando la actividad de los espigadores con la recogida coordinada de frutas y verduras que se descartan en las explotaciones hortícolas cercanas a las zonas urbanas, canalizando una parte hacia entidades sociales y otra a la transformación de diferentes productos (mermeladas, cremas, jugos y salsas) que se comercializan bajo una marca llamada «es im-perfect».
COLECTIVOS EN RIESGO
En todo este proceso participan colectivos en riesgo de exclusión social fomentando la dignidad de las personas y la generación de oportunidades desde una vertiente transformadora e inclusiva. Para el 2015 planifican desarrollar actividades de sensibilización y concienciación, con talleres y charlas se sensibilización para escuelas y jóvenes.Los productores y empresas que forman parte de la red de espigadores reciben un certificado/sello conforme no tiran alimentos dando valor a la acción y alienándola con la responsabilidad social y ética de estas personas y organizaciones. Ánimo a los nuevos espigadores desde MamaTerra.