España podría convertirse en el refugio de una nueva forma de energía. El ser humano cada vez es más consciente de la necesidad de hacer algo con el avance del cambio climático. La transición hacia fuentes de energía renovables es ahora una prioridad global, razón por la que han salido a la luz proyectos como el coche de energía nuclear o materiales hechos con inteligencia artificial.
Nuestro país es un atractivo en el marco del almacenamiento térmico, una tecnología que puede revolucionar la manera en la que la energía es gestionada y utilizada. El compromiso internacional de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no es algo que solo está en la mente colectiva.
Quedó ratificado en la Conferencia de las Naciones Unidos sobre el Cambio Climático de 2023 en Dubái. El objetivo es que se encuentren soluciones innovadores y sostenibles para mejorar la calidad de vida del ser humano y el entorno que lo rodea.
España podría tener un lugar privilegiado en el mundo gracias a esta energía
Bajo estas circunstancias, España podría quedar en el centro de la escena si apuesta por el almacenamiento de energía electrotérmica (ETES). Integra la electrificación del calor con almacenamiento térmico y brinda una solución eficaz para descarbonizar el calor industrial, una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero.
Aporta grandes ventajas, entre las que destaca su capacidad para usar la producción de electricidad a partir de fuentes renovables intermitentes, como energía solar y eólica. Su objetivo es cubrir la demanda de calor a gran escala y continua en contextos industriales.
Esto no solo ayuda a bajar las emisiones, también mejora la seguridad y la independencia energética. Además, las tecnologías ya con competitivas con los combustibles fósiles en instancias específicas, reflejando su potencial para cambiar de manera radical el sector de la energía.
España, la nueva protagonista del sector energético
Un reciente estudio realizado por Systemiq Ltd ha puesto a nuestro país en el top como un espacio atractivo para el desarrollo de ETES. ¿Por qué? Ostenta una combinación única de factores favorables que lo harían posible.
La diferencia de precio entre electricidad y el gas natural, junto a la flexibilidad de las tarifas de la red eléctrica, ha establecido un ambiente adecuado para la competitividad de las ETES frente a las calderas de gas.
Una tecnología que termina de conquistar al sector energético con su capacidad para optimizar el programa de carga, aprovechar fuentes de calor de apoyo y conectarse de forma directa a las energías renovables locales.
Las condiciones locales y la estructura de la red eléctrica están dispuestas de una forma que las ETES pueden ser todavía más asequibles que las calderas de gas en determinados escenarios. Además, el impacto que se prevé para este tipo de tecnología en nuestro país es considerable.
La previsión es que estas tecnologías electrifiquen hasta un 8% del actual consumo mundial de gas para el año 2030. Un objetivo que, de cumplirse, reduciría un 2% las emisiones globales de gases de efecto invernadero vinculadas al sector energético.
La nueva energía que podría triunfar en España también presenta desafíos
Pese al potencial de las ETES, hay desafíos significativos que deben abordarse para aprovechar al máximo esta tecnología. Por ejemplo, la congestión en las redes eléctricas podría hacer que los proyectos de ETES se retrasen hasta una década en algunas zonas, destacando la necesidad de reformas regulatorias y cambios en la planificación de la red para facilitar su aplicación.
Para que esta energía llegue se necesita un esfuerzo por parte de los responsables políticos, los operadores de red y la industria. Por otra parte, el impulso hacia el progreso sostenible depende de la capacidad de diferentes países para invertir en este tipo de tecnologías. De hecho, las ETES no son la única forma en la que nuestro país podría destacar.