Recientemente, se han conocido los datos de las cantidades de ‘plaguicidas prohibidos’ que el país aprobó vender al exterior en 2024 y las cifras son escandalosas, no solo por las enormes cantidades que se manejan (más de 12000 toneladas), que sitúan al país como el tercero en la exportación de dichos productos, sino por la peligrosidad de los mismos.
El informe explica que estas exportaciones no hacen más que crecer desde 2018 desde la UE y que los principales compradores de los pesticidas prohibidos que provee España (y Alemania y Bélgica que ocupan el primero y el segundo lugar respectivamente) son naciones de ingresos bajos o medios, a quienes se les han vendido sustancias que dañan el cerebro infantil, matan a las abejas y/o contaminan las aguas.
Los de la exportación de pesticidas peligrosos es una vergüenza y sigue creciendo el ‘negocio’
España aprobó en 2024 la exportación de casi 12.900 toneladas de plaguicidas prohibidos en la UE, frente a las 5.200 toneladas en 2018 –el primer año con datos completos disponibles–, según revela una nueva investigación de Unearthed, proyecto de investigación periodística de Greenpeace junto con la ONG suiza Public Eye. Esto significa que la cantidad de plaguicidas notificados para su exportación el año pasado fue 2,5 veces mayor (más del doble).
Los documentos obtenidos gracias a las leyes de acceso a la información muestran que en total España notificó planes de exportación de plaguicidas que contienen 22 sustancias químicas diferentes prohibidas en sus propios campos, debido a los riesgos que representan para la salud y el medio ambiente. En comparación con 2018, la cifra de 2024 supone casi el triple de sustancias prohibidas.
Con estos datos, España es el tercer mayor exportador de plaguicidas prohibidos en la UE, solo por detrás de Alemania y Bélgica.
Entre las sustancias aprobadas para exportación figuran un fungicida clasificado como perjudicial para los bebés en el útero; un insecticida prohibido por su relación con daños cerebrales en la infancia; insecticidas neonicotinoides, responsables de la mortalidad de las abejas, y miles de toneladas de un fumigante de suelo prohibido desde 2007 por el riesgo de contaminar las aguas subterráneas y amenazar a la vida silvestre.
“El Gobierno español debe dejar de ser parte del problema y empezar a presionar con más fuerza para lograr una solución. Exigimos a la Comisión Europea que cumpla su compromiso de establecer una prohibición a nivel comunitario de este comercio tóxico. Es indignante que las ganancias de la industria química europea se antepongan a la salud y el medio ambiente en países empobrecidos”, ha señalado Helena Moreno, coordinadora de la campaña de sistemas alimentarios sostenibles de Greenpeace.
Casi la mitad (49 %) de los plaguicidas prohibidos exportados desde España en 2024 se destinaron a países de ingresos bajos o medios, como Marruecos, Brasil, Sudáfrica, Guatemala o Ucrania, donde el uso de plaguicidas altamente peligrosos implica mayores riesgos.
“Esto es una hipocresía escandalosa. Hemos prohibido estos plaguicidas en nuestros campos porque son un peligro real para las personas, las abejas y la naturaleza. Pero permitimos que nuestras empresas se lucren vendiéndolos fuera, poniendo en riesgo la salud de trabajadoras y trabajadores agrícolas, comunidades rurales y ecosistemas”, ha añadido Moreno.
¿Cuáles son las sustancias que más se exportan?
El principal plaguicida prohibido exportado fue el fumigante de suelo 1,3-dicloropropeno (1,3-D), prohibido desde 2007 por el riesgo de contaminar aguas subterráneas y dañar a la fauna. En 2024, España notificó la exportación de casi 9.800 toneladas de plaguicidas basados en 1,3-D. La mayoría fue notificada por Teleos, pero otras compañías, como Agroquímicos de Levante y Tris, también registraron notificaciones.
La multinacional agroquímica estadounidense Corteva notificó además la exportación de 1.600 toneladas de picoxistrobina desde España a Brasil en 2024. Este fungicida fue prohibido en Europa en 2017 por amenazas a la vida silvestre y la sospecha de que sus residuos pudieran dañar el ADN humano. Estas exportaciones correspondían a sustancias químicas puras, destinadas a ser mezcladas en plaguicidas listos para la venta en el país importador.
Otros plaguicidas prohibidos notificados para exportación desde España en 2024 incluyen:
- Clorotalonil, un fungicida prohibido en la UE en 2019 por su potencial para contaminar aguas subterráneas y causar cáncer.
- El conocido insecticida clorpirifós, de la familia de los organofosforados, prohibido en 2020 tras la evidencia científica de que provoca “efectos adversos en el neurodesarrollo de los niños”.
- Epoxiconazol, un fungicida de BASF clasificado como tóxico para la reproducción y sospechoso de ser carcinógeno, prohibido en 2020.
- Insecticidas neonicotinoides como tiametoxam e imidacloprid, prohibidos por el peligro que representan para las abejas.
Los datos obtenidos por Unearthed y Public Eye proceden de notificaciones de exportación: documentos que las empresas deben presentar para obtener autorización. Estos reflejan las cantidades previstas, que pueden diferir de los volúmenes efectivamente exportados.
El informe pone en evidencia que se están exportando productos químicos cuyo empleo en Europa está completamente prohibido porque es bien sabido que sus efectos son muy dañinos. En cambio, se pueden fabricar dentro de las fronteras europeas, pero solo para vendérselos a países pobres, cuya población, medio ambiente y biodiversidad sufrirán las consecuencias de la exposición a estos tóxicos. ECOticias.com