Cuando vas al supermercado a comprar salmón ahumado puedes elegir entre muchas opciones, con sal, sin sal, ahumado, con especias, BIO, escocés, noruego… Pero ¿alguna vez te has parado a mirar realmente el etiquetado? Sí, lo que va detrás, la información real del producto. Pues bien, encontrarás poca cosa. Principalmente si es salmón del atlántico o no (Salmo salar) y poco más. Sobre todo no encontrarás información de cómo ha sido alimentado ese salmón, y esta es la historia de por qué.
Antes de ser un salmón adulto ha sido criado en granjas de acuicultura o piscifactorías en Noruega, Irlanda y Escocia, porque es donde el agua tiene la temperatura ideal para que el salmón crezca. Una granja de acuicultura es una jaula flotante directamente en el mar. Allí llegan los salmones que previamente han sido criados desde larvas hasta un mayor tamaño en grandes cubas de agua tierra adentro. El salmón en un pez carnívoro, que come peces. Por lo que se alimenta de piensos hecho de peces. Y este pienso, ¿de dónde viene?
Tal y cómo indica nuestra investigación, cada año compañías Europeas, sobrepescan millones de toneladas de pescado como sardinella y bonga en las costas de Mauritania, Senegal, y Gambia, con el objetivo de convertir esas miles de toneladas en piensos para acuicultura. Por esto el salmón de la tostada tiene consecuencias sociales y ambientales. La cantidad de pescado que se captura para engordar salmones en Europa podría ser una fuente principal de proteína para más de 33 millones de personas en África Occidental.
Las empresas y los gobiernos que permiten que esto suceda están socavando la seguridad alimentaria, la mitigación de la pobreza y el progreso del desarrollo sostenible. Para hacer una tonelada de harina de pescado, para engordar al salmón de acuicultura, se necesitan aproximadamente de cuatro a cinco toneladas de pequeños peces pelágicos. Este problema es global, la agricultura y la acuicultura están impulsando una gran demanda de harina y aceite de pescado en todo el mundo.
Casi una quinta parte de la captura total mundial de peces silvestres se convierte en harina y aceite de pescado. El 90% de estos peces eran perfectos para alimentar a las personas en las comunidades locales. Un sistema que básicamente no tiene sentido y que no es sostenible. Además estas aguas africanas se enfrentan a la destrucción de los superarrastreros (de todas partes del mundo). La FAO recomienda un recorte del 50% de los esfuerzos de pesca de estas especies para salvaguardar las poblaciones.
“Pero la etiqueta del salmón que compré no pone nada de eso”
Ya, porque el etiquetado solo les obliga a poner donde ha sido procesado el pescado, no de dónde se sacó el pienso para alimentar ese salmón que viene de acuicultura. Ya, pero ¿eso es importante? Pues sí. En el mundo globalizado en el que vivimos, importa mucho lo que pase en un país porque puede afectar a todo el planeta. ¿Te suena?
¿El salmón que compro es noruego o escocés?
Básicamente son lo mismo. La diferencia es dónde ha sido criado, sin embargo la procedencia de los piensos es la misma.
Y una opción BIO, ¿es mejor?
Este BIO solo hace referencia a que las instalaciones, la alimentación, el número de peces y la calidad del agua sean adecuados para las necesidades de los animales y para mantener su salud. Además, se minimiza el uso de medicamentos, pero esto no nos asegura que la procedencia del pienso no sea la misma que os hemos contado.
Y entonces, ¿qué pescado como?
Pues es mejor reducir el consumo de proteínas, también las de pescado, consumir menos y mejor, es decir el que es fresco, salvaje y sostenible o de temporada.
Fuente: Greenpeace