Día Mundial del Sueño 2023. ¡Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo! Y a día de hoy, los avances de la neurociencia evidencian la importancia del sueño para tener una vida saludable. Se debe dormir una cantidad de horas suficientes y el descanso debe ser de calidad satisfactoria. Por eso este día es la oportunidad perfecta para crear conciencia sobre la importancia del sueño y luchar contra algunos conceptos erróneos.
Día Mundial del Sueño 2023: sueño esencial para la salud
El sueño es, junto con la alimentación y la actividad física, uno de los pilares de la salud. Los avances de los investigadores en neurociencia siguen demostrando que dormir muy poco o demasiado. O tener un tiempo de sueño de mala calidad, son factores importantes para una vida saludable. Tanto en la prevención como en el tratamiento de muchos problemas de salud y de enfermedades crónicas.
Una gran cantidad de estudios epidemiológicos revelan que existe una correlación entre los trastornos del sueño y la aparición de síntomas depresivos y/o de episodios de ansiedad. Por lo tanto, el sueño juega un papel clave en la salud mental. De hecho, las enfermedades psiquiátricas sueles estar asociadas a trastornos del sueño.
¿Cuáles son las características de un buen sueño?
Y el sueño no solo es esencial para la salud mental, sino que desempeña un papel crucial en las enfermedades metabólicas y en varias afecciones crónicas. En el Día Mundial del Sueño es relevante recordar que nuestro sueño es fundamental para nuestro bienestar físico y mental.
Pero, ¿cuáles son nuestras verdaderas necesidades de sueño? ¿Y qué significa realmente: sueño de calidad? La gente suele estar mal informada acerca de estas cuestiones esenciales. Un mito muy común es el de que si se duerme más los fines de semana, se puede ‘compensar’ lo que no se descansó entre semana. O también se cree que lo importante es conciliar el sueño, no importa ni el lugar ni la hora. ¡Errores los dos!
Los terapeutas del sueño y los expertos han llegado a la conclusión de que el sueño de calidad tiene cuatro características muy claras:
- Suficiencia: debemos dormir la cantidad necesaria, ni más ni menos. Para un adulto esta se sitúa entre las 7 y 8 horas. Y la falta es tan perjudicial como el exceso.
- Regularidad: resulta muy importante acostarse en la misma cama y cada día a la misma hora.
- Nocturnidad: eso implica dormir de noche. Ya que nuestro cerebro y nuestro cuerpo están programados para ello. Dormir durante el día (que es cuando debemos estar despiertos y alerta) no compensa la falta de descanso nocturno.
- Calidad: las horas que se descansen deben ser de corrido, sin sobresaltos, sin dificultad para conciliar el sueño ni problemas que lo interrumpan.
El sueño ¿Cómo afecta a la salud?
Las fuentes de estrés y ansiedad pueden afectar en gran medida la calidad del sueño. Pero también es nefasto para conciliar el sueño estar expuestos a pantallas las últimas horas de la tarde y las de la noche. Y los medicamentos para dormir no siempre restauran la calidad suficiente del sueño.
Por eso, cuando hay episodios de insomnio prolongado, puede ser necesario el apoyo de un profesional. Hablar con su médico acerca de las dificultades asociadas al sueño puede ayudarles a comprender cuál es la raíz. Y si es necesario, se le puede derivar a un especialista en el cuidado del sueño.
Que el organismo humano esté programado para dormir durante un tercio de su existencia, prueba la importancia del sueño para la salud. La falta de sueño o tener un sueño de mala calidad puede provocar múltiples trastornos y problemas de salud. Entre ellos, los más frecuentes son problemas respiratorios, aumento de peso, diabetes, dolor, depresión, trastornos cardiovasculares, accidentes de la vía pública o profesional y absentismo labora o falta de rendimiento. Cuida tu sueño y cuidarás de tu salud.