Manzanilla: aliada de las pieles frágiles. También llamada camomila o manzanilla romana, es una planta muy común en Europa, especialmente en áreas de secano. Si bien es originaria de esta zona, su cultivo se ha expandido prácticamente por todo el mundo. Se la puede encontrar en su forma silvestre en campos de cultivo, jardines, montes, etc.
Su uso en tratamientos para las pieles y el cabello tienen raíces profundas en la historia. Se la toma en infusiones, se la emplea en ungüentos, lociones y preparados varios y en cosmética. También se le atribuyen desde la antigüedad varias propiedades medicinales, pero no hay comprobaciones científicas de las mismas. Se la considera un tesoro de la naturaleza.
Aceite esencial de manzanilla
El aceite esencial de la planta está altamente concentrado en moléculas activas. Gracias a su importante contenido en flavonoides y más particularmente en apigenina, tiene cualidades calmantes y antiinflamatorias. Las pieles sensibles lo aprecian especialmente porque es muy eficaz para reducir el picor.
Algunos estudios incluso apuntan a que podría tener una acción eficaz sobre el eccema. Esto está justificado porque la manzanilla contiene bisabolol (un principio activo calmante) y una molécula, el sesquiterpeno, cuyo olor tiene efectos analgésicos. Se considera que su aplicación en hematomas y golpes puede resultar de gran ayuda para acelerar la recuperación. Finalmente, sus propiedades antioxidantes son las que le permiten combatir el envejecimiento cutáneo.
La manzanilla limita y controla las reacciones alérgicas y aliviar la sensación de malestar. Esto se debe en parte a la presencia de azuleno, su principal principio activo. Porque es antiinflamatorio y reduce el enrojecimiento, las quemaduras y la hinchazón. Y lo mejor es que actúa sobre la dermis, epidermis y mucosas. Gracias a ello limita las reacciones que se producen tras una crisis.
Agua floral
Otra de las formas de uso es el hidrosol de manzanilla. Un agua floral que se recoge tras la destilación de esta planta. Contiene, en pequeñas proporciones, los mismos componentes y propiedades que el aceite esencial. Pero a diferencia de este último, el agua floral se puede utilizar prácticamente en todo tipo de pieles y cabellos.
Esta agua floral se utiliza después de desmaquillar la piel, por lo que es normal que integre la fórmula de los tónicos refrescantes. Su aplicación es eficiente para relajar la piel del rostro. Y esto se debe a que la manzanilla tiene un efecto calmante, relajante y protector. Manzanilla: aliada de las pieles frágiles.
El agua floral de manzanilla es un buen aliado para calmar los signos de malestar producidos por las quemaduras solares. Además, calma el ardor cutáneo y regenera la epidermis. Y gracias a sus propiedades antiinflamatorias, previene, trata y cura las rojeces por irritación. Y una de sus mejores cualidades es que es muy bien tolerada, incluso por las pieles más frágiles.
En crema
Aplicada como parte de una crema fortificante de cosmética ecológica, es ideal para proteger y nutrir todo tipo de pieles. La manzanilla es famosa por su acción relajante, ya que su dulce aroma alivia la tensión. Esta planta es rica en ésteres. Tiene acción sedante y regula el sistema nervioso central.
Por lo tanto, se pueden deslizar unas pocas gotas en el baño de un bebé para calmarlo. Se la suele encontrar en los tratamientos faciales ecológicos para pieles sensibles. Porque el agua floral de manzanilla es muy apreciada para suavizar la epidermis. Pero también contrarresta los síntomas de malestar. Y alivia la tensión que tiende a acentuar la hiperreactividad cutánea. Por eso se considera a la manzanilla: aliada de las pieles frágiles.