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lunes, junio 5, 2023

Obesidad: causada por microbios intestinales alterados

“Una nueva investigación de la Universidad de Yale de los EEUU ha hecho un estudio detallado que concluye que la microbiota intestinal alterada puede convertirse en una de las causas de la obesidad.”

Microbios y obesidad

La obesidad podría estar vinculada a los cambios en nuestros microbios intestinales ya que miles de millones de pequeños organismos habitan en nuestro intestino y son muy beneficiosos y necesarios para que se completen los procesos digestivos.

En un nuevo estudio publicado en la revista Nature, un equipo  de científicos dirigido por la Universidad de Yale ha identificado cómo una microbiota intestinal alterada por la mala forma en la que nos alimentamos es capaz de causar obesidad.

Reacciones del acetato

En un estudio anterior, el Dr. Gerald I. Shulman, quien ejerce como profesor de Medicina y firma el artículo, observó que el acetato, un ácido graso de cadena corta, estimulaba la secreción de insulina en roedores.

Para obtener más información sobre el papel de acetato, Shulman, quien también es investigador del Instituto Médico Howard Hughes y un equipo de investigadores de Yale han llevado a cabo una serie de experimentos en referencia directa con la obesidad.

El equipo de investigación comparó el acetato con otros ácidos grasos de cadena corta y encontraron niveles más altos del primero en los animales que consumieron una dieta más alta en grasa. También observaron que dicho acetato estimulaba la secreción de insulina por parte de las células beta presentes en el páncreas, pero no estaba claro cómo sucedía esto.

Más respuestas

En busca de una respuesta y continuación, los investigadores determinaron que cuando el acetato se inyectaba directamente en el cerebro, se provocaba un aumento de la insulina mediante la activación del sistema nervioso parasimpático.

«Comprobamos que el acetato estimula las células beta y conseguían que secretaran más insulina en respuesta a la cantidad de glucosa en sangre a través de un mecanismo mediado centralmente,» dijo Shulman. «También estimula la secreción de la hormona gastrina y la grelina, que conducen a un aumento de la ingesta de alimentos o sea que provocan más hambre.»

Conclusiones

Por último, el equipo de investigación buscó establecer una relación causal entre los microbios que perviven en el tracto intestinal y el aumento de la insulina. Después de la transferencia de materia fecal de un grupo de roedores a otro, se observaron cambios similares en la microbiota intestinal, en los niveles de acetato y en la insulina.

«En conjunto, estos experimentos demuestran la existencia de una relación causal entre las alteraciones en la microbiota intestinal en respuesta a los cambios en la dieta y al acrecentamiento de la producción de acetato», dijo Shulman y agregó que: “dicho incremento  a su vez conduce a un aumento de la ingesta de alimentos, lo que desencadena un ciclo de retroalimentación positiva que impulsa a la obesidad y a la resistencia a la insulina.”

Los autores del estudio sugieren que este bucle de retroalimentación positiva puede haber jugado un papel muy importante en la evolución a nivel general al menos de los mamíferos, al provocar que los animales tendieran a engordar de forma significativa cuando eran capaces de encontrar alimentos altos en calorías lo que les permitiría una mayor tasa de supervivencia en tiempos de escasez de comida.

«Las alteraciones en la microbiota intestinal se asocian directamente con la obesidad y el síndrome metabólico en los roedores y presumimos que también lo hará en los seres humanos y en los primates » señaló Shulman. «Las conclusiones de este estudio proporcionan una explicación plausible de este fenómeno biológico en los roedores y ahora estamos examinando si este mecanismo se traduce en los seres humanos.»

Según los datos proporcionados en la revista Nature, este estudio fue financiado por subvenciones del Instituto Médico Howard Hughes de los EEUU y por los Institutos Nacionales de Salud y el Centro Fundación Novo Nordisk para Basic Metabolic Research de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.

Finalmente…

A partir de estos estudios y si se confirman las teorías planteadas por el grupo de estudio se cree que sería posible hallar otro tipo de curas para la obesidad, en especial aquellas que se orienten a las dietas más adecuada para controlar el peso, evitando la ingesta de alimentos que alteren la flora intestinal natural y la microbiota.

Sin dudas este sería un paso más para poder combatir una enfermedad que constituye una lacra de nuestros tiempos y que se ve incrementada por el consumo de comida chatarra, alimentos procesados y la vida sedentaria.

Los firmantes del estudio consideran que más allá de conclusiones, el hecho de cambiar el modo de vida y decantase por dietas que incluyan alimentos sanos, orgánicos, ecológicos y frescos, sumado a una práctica continua de algún tipo de ejercicio (aunque más no sea caminar) resulta fundamental para superar la obesidad.

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