La necesidad de estas ayudas proceden del hecho de tener que inscribirse en el Comité de Agricultura Ecológica (CAE) «por el que han de pagar una cantidad estos agricultores y que los sitúa en situación injusta frente a los convencionales, ya que han de certificar sus productos, lo cual si bien da una garantía al consumidor, supone un gasto añadido para el productor ecológico».