Balance final de BioCultura Barcelona 2025: vista la acogida de esta nueva edición de BioCultura en su nuevo recinto y la cantidad de propuestas destinadas a afianzar la conciencia ecológica entre la población, Montse Escutia ha comentado que “cerramos puertas con la sensación del trabajo bien hecho y, sobre todo, del impacto significativo que BioCultura, 41 años después de su primera edición en Madrid, sigue teniendo entre nosotros”.
Ayer cerró sus puertas BioCultura Barcelona 2025 con un estupendo sabor de boca. Del 29 de mayo al 1 de junio se ha celebrado la 31 edición de BioCultura Barcelona 2025.
En este caso, en su nueva ubicación de La Farga de L’Hospitalet. El nuevo enclave ferial, mejor conectado para la ciudadanía, ha aprobado con nota alta el desafío de albergar una feria de las características de BioCultura. Pasillos llenos, salas a reventar, expositores más que contentos…
Unas 40 mil personas han pasado por la feria. Un buen número de las cerca de 250 actividades tuvieron que colgar el cartel de “sold out” en salas de gran aforo. Y gran satisfacción entre expositores y organizadores ante la masiva afluencia de público, medios de información y profesionales.
El biohacking ha sido este año la tendencia más nombrada en BioCultura, que, en un futuro muy próximo, estará en boca de todos aquellos que deseen mejorar su salud en el sentido más amplio de la palabra.
Había una notable expectación
¿Sería capaz La Farga de L’Hospitalet de sustituir con solvencia al Palau Sant Jordi en esta nueva edición de BioCultura Barcelona 2025 que ha inaugurado un nuevo ciclo para la feria?
La respuesta ha sido clara y contundente. A pesar del buen tiempo y de las altas temperaturas, la asistencia a la feria ha sido, del 29 de mayo al 1 de junio, realmente excepcional.
Tanto los organizadores como los expositores han mostrado su satisfacción por la notable asistencia de público, de profesionales y de medios de comunicación.
El “showcooking”, la Jornada de Salud Integrativa (que contó con un elenco extraordinario de ponentes venidos de toda España), la Jornada Técnico Profesional de Terapias Naturales, las Jornadas Profesionales de Cosmética Econatural, el showroom de EcoEstética, las actividades de MamaTerra, el yoga para niños y algunos de los conciertos (de música “silenciosa”, de música sufí…) encandilaron al público.
¿Y el público?
Algunos de los expositores habían vendido toda su mercancía ya pasado el ecuador de la feria. Y otros aprovecharon el salón para afianzar contactos. En palabras de la organización de la feria, “el cambio a La Farga ha sido una buena elección.
Aunque es verdad que para las personas que se desplazan en coche no es tan cómodo, pero se trata de un recinto muy bien comunicado por transporte público y muy céntrico. Y eso no sólo se ha notado en una gran afluencia de público, sino también en que la feria continúa en su labor ardua pero satisfactoria de llegar a nuevos públicos y, entre ellos, a nuevas generaciones y a personas de procedencias culturales muy diversas.
Como es natural, al tratarse de un recinto nuevo todavía hay cosas que pulir y, por supuesto, para próximas ediciones, vamos a trabajar para mejorar todo lo que esté en nuestras manos”. Montse Escutia, al frente del patronato de la ONG que organiza el salón, Vida Sana (declarada de Utilidad Pública), señala que ‘para que el sector ecológico pueda alcanzar en España las cifras que tienen otros países europeos (como Dinamarca, Alemania, Francia, Suiza), es necesario que salgamos del gueto de los ‘convencidos’.
‘Hay que seducir a nuevos grupos sociales. Hay que divulgar la ingente cantidad de virtudes que tienen los productos ecológicos. Y, en ese sentido, el trabajo que realiza BioCultura (ahora en su nueva ubicación de La Farga) es fundamental‘.
¿Y las tendencias?
El biohacking implica realizar pequeños cambios significativos en los hábitos y comportamientos de nuestro día a día para mantener el equilibrio de la salud y/o recuperarlo.
Caminar descalzos sobre la tierra, recuperar el contacto con la Naturaleza, alimentación ecológica y lo más saludable y local posible, lámparas que emulan la luz solar para aquellos que disponen de poco tiempo para los baños de sol, calzado que permite la toma de tierra para la descarga de la contaminación electromagnética…
Sin duda, el biohacking ha estado muy presente en toda la feria, tanto entre los expositores como entre las ponencias.
La Jornada de Salud Integrativa ha desmontado muchos mitos de las visiones más oficialistas de la salud y ha propuesto salidas y soluciones para volver a poner la salud, el equilibrio y la armonía en manos de una ciudadanía cada vez más consciente y crítica. Como decía un visitante anónimo de una de las charlas cuando se abrió el micro al público, “el poder nos quiere hacer pasivos. Pero BioCultura aporta las herramientas para ser más conscientes y darnos cuenta de todo aquello que nos perjudica a nosotros y a nuestros ecosistemas”.