¿Por qué tenemos mascotas? Porque nos dan amor incondicional. Porque jugar con ellos o acariciarlos nos reduce la presión arterial y nos alivia la ansiedad. Nos ayudan que la recuperación tras una cirugía o un problema de salud sea más rápida y placentera. Y porque si tienes un perro estás obligado a salir de tu casa y dar un reconfortante paseo todos los días de su vida.
Si quieres una mascota, adóptala
Los perritos (y algunos gatos) de raza sufren de una gran cantidad de enfermedades producto de las sucesivas cruzas (a veces entre parientes muy cercanos). Esto se hace con el fin de que tengan lo que los seres humanos hemos dado en llamar “características de la raza”. Por lo que no es difícil que tras gastar un montón de dinero en un cachorrillo, se le descubra una alergia, una deformación u otro problema, que afecte la calidad de vida de la mascota.
Otro tema que hay que tener en cuenta es que muchos criaderos son ‘fabricas de cachorros’. Lugares donde los padres viven en condiciones miserables, procreando sin parar. Como alternativa a estos criaderos de mascotas, están las perreras, asociaciones y protectoras a quienes puedes ofrecerles un aporte, que a veces es hasta voluntario. Allí encontrarás un perro, un conejo o un gato, que quizá no podrás presentar a un concurso de raza, pero que te dará cariño y compañía durante muchos años.
Cuando te plantees qué animal tener de mascota, toma en cuenta el espacio real con el que cuentas (un perro grande en un piso pequeño no es lo lógico). Qué es lo que vas a permitirle y qué no, cuánto tiempo tienes para dedicarle y si no hay inconvenientes por parte de otros integrantes de la familia (alergias, rechazo) o de la comunidad o el arrendador de dónde vivas.
Una dieta ‘verde’
La parte más importante de la huella ecológica creada por perros, gatos y otros animales de compañía proviene de su dieta. La comida para mascotas orgánica, es más saludable en todos los sentidos, para el planeta, los agricultores, la vida silvestre, el ganado y los consumidores.
Si compras pienso y dice “subproductos de carne” debes saber que se refiere a las partes del ganado que sobran de lo que consumen los seres humanos: los órganos, los intestinos, los pulmones, los ligamentos, etc. Puede que a algunos esto les parezca repugnante, pero no tiene por qué ser así. Esos subproductos no nos los comemos nosotros por las razones que sean, pero no dejan de venir del mismo tipo de animal que el chuletón de la cena.
Alimentar a nuestras mascotas con esos alimentos será preferible que quemar los restos del ganado que los seres humanos desechamos, con la consiguiente dosis de contaminación que ello representa. La comida casera también puede ser ideal para alimentar a nuestros amigos peludos. Siempre que no contenga, fritos, picantes, colorantes, etc. Les podemos dar casi todo lo que les ofreceríamos a un niño pequeño.
Los investigadores han encontrado una posible relación entre la exposición al BPA (bisfenol A contenido en envases plásticos y recubrimientos internos de las latas) y la creciente tasa de hipertiroidismo en los gatos. De hecho, en los seres humanos se ha correlacionado este químico con una variedad de enfermedades, incluyendo la obesidad y varias enfermedades del corazón.
Los excrementos
Además de poner perdida la acera, las heces llevan amenazas potenciales para la salud. Los excrementos de los perros pueden contener E. coli, Salmonella, Giardia, lombrices intestinales y otros patógenos que son transmisibles a los seres humanos, a otras mascotas y a la vida silvestre.
Recoger las deposiciones de nuestros canes es una obligación de cada dueño. Existen bolsas biodegradables para ello que puedes tirar a la basura con tranquilidad. Y hasta si tienes un sitio donde hacer compost, puedes agregar las heces y fabricar un abono de primera.
La caca de los gatitos tampoco es ninguna maravilla, ya que también puede contener varios tipos de parásitos y bacterias. Pero como son escrupulosamente limpios y usan su arena, la única precaución que se debe tener es No tirar ni la arena ni las heces por el inodoro, sino colocarlas en una bolsa herméticamente cerrada y ponerlas en el contenedor correspondiente.
En cuanto al tipo de arena, para las mascotas felinas no se recomienda las que son a base de sílice o arcilla, ni las que tienen aromas (los gatos son muy sensibles a los olores y pueden afectarles el olfato o darles alergia). Lo mejor serán las de origen vegetal a base de trigo, maíz, mazorcas de maíz molidas, pellets de alfalfa y pellets de periódicos reciclados.
Los paseos
Los gatos no pueden evitar cazar porque lo llevan en los genes. Así que en lo posible mantén a tu amigo felino dentro de tu hogar. De esa manera también evitas que contraiga enfermedades, se pelee con otros animales o sufra accidentes. Si quieres sacarlo a pasear, acostúmbralo a salir con una correa y no permitas que ataque a ningún animal silvestre.
Los perros también son predadores, en especial determinadas razas, y no lo hacen por maldad, sino que el instinto y la curiosidad a veces los pierden. Por esa razón, siempre que saques a tu mascota canina, hazlo con un collar y una correa y no lo dejes que moleste a los animales silvestres. No es ninguna gracia que corra palomas. Él se estresa y ellas también.
Si por no importunar a las demás personas con la presencia de tu perro, te vas a una playa remota, ten mucho cuidado, porque allí es donde suelen anidar muchas aves. Lo mismo pasa si te lo llevas a hacer senderismo o a parajes naturales, es lógico que quieras pasear con él, pero no hay por qué molestar a los demás animales.
Esterilización
La nueva Ley de Bienestar Animal es muy clara al respecto. Si tienes una mascota que sale a la calle o tiene contacto con otros de su misma especie y diferente sexo, debes esterilizarlo. Lo mismo pasa si tienes varios de la misma especie y diferente sexo. La esterilización es muy positiva para los animales, ya que dejan de tener instintos sexuales frustrados. Pero además evita camadas indeseadas y abandonos.
No olvides que un animal criado en una casa, es decir, una mascota, es prácticamente imposible que se adapte a vivir en la calle. Antes morirá atropellado, de hambre o víctima del ataque de otros especímenes silvestres o ferales, que lo vean como una amenaza dentro de sus territorios. Un porcentaje muy bajo tiene la suerte de ser rescatado. Pero su suerte termina cuando su destino es una jaula, si no encuentra un adoptante o una casa de acogida.