Cabe indicar que la falta de mediciones globales directas del viento constituye uno de los principales déficits en el Sistema Mundial de Observación.
El pasado 22 de agosto se lanzó a la órbita polar, en un cohete Vega, el satélite Earth Explorer Aeolus de la ESA. Gracias a una innovadora tecnología láser, Aeolus, cuyo nombre procede de la mitología griega “Guardián de los vientos”, medirá los vientos en todo el mundo, mejorará la previsión meteorológica y ayudará a comprender mejor el funcionamiento de la atmósfera y los pormenores del cambio climático.
Se trata de la quinta misión en la familia de exploradores de la Tierra de la ESA. Al respecto, su Director General, Jan Wörmer, manifestó que Aeolus “va a llenar un vacío en nuestro conocimiento de cómo funciona el planeta”, demostrando al mismo tiempo “cómo la tecnología de vanguardia se puede utilizar en el espacio”.
Cabe indicar que la falta de mediciones globales directas del viento constituye uno de los principales déficits en el Sistema Mundial de Observación. Con esta nueva misión, Aeolus proporcionará a los científicos la información necesaria para comprender cómo el viento, la presión, la temperatura y la humedad están interrelacionados y, por supuesto, cómo el viento influye en el intercambio de calor y humedad entre la superficie de la Tierra y la atmósfera, aspectos especialmente relevantes para comprender mejor el cambio climático.
Aeolus lleva incorporado el instrumento Aladin, que incluye una revolucionaria tecnología láser para generar pulsos de luz ultravioleta que se envían a la atmósfera a fin de perfilar los vientos del mundo, representando éste un enfoque totalmente novedoso para medir el viento desde el espacio. Asimismo, los datos proporcionados por este revolucionario sistema se usarán en modelos de calidad del aire para mejorar las predicciones de polvo y otras partículas que afectan a la salud pública.
El control del satélite se lleva a cabo desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales de la ESA en Darmstadt (Alemania).

Sobre ESA
La misión de la Agencia Espacial Europea consiste en configurar el desarrollo de la capacidad espacial europea y garantizar que la inversión en actividades espaciales siga beneficiando a los ciudadanos europeos. Sus programas se diseñan con la pretensión de conocer más a fondo la Tierra, el entorno espacial que la rodea, el Sistema Solar y el Universo, al tiempo que desarrolla tecnologías y servicios basados en satélites, promoviendo así la industria europea.
La organización está conformada por 22 Estados Miembros, entre los que se encuentra España, y tiene su sede en París, disponiendo igualmente de centros en el resto de Europa, cada uno con sus respectivas competencias.




















