COP27: hay poco tiempo y mucho por hacer. Desde el año 2000, las emisiones de GEI han crecido en todo el mundo más de un 40%. Tras un descenso en 2020 debido a la pandemia, en 2021 se produjo un repunte. Las emisiones per cápita muestran una evolución relativamente uniforme en los últimos 20 años, debido sobre todo al crecimiento de la población, que acaba de pasar el umbral de los 8.000 millones de personas.
Mucha gente se pregunta ¿quién combate eficazmente el cambio climático? Y el Rankin es claor. Países como EE.UU. (16,6 t per cápita) y Canadá (17,9 t per cápita) se encuentran entre los países con mayores emisiones per cápita, mientras que India (2,2 t per cápita) y Filipinas (2,3 t per cápita) son sustancialmente menores. España registró 4,9 t per cápita en 2021.
El crecimiento de las energías renovables ha aumentado de forma constante desde el año 2000, lo cual es una buena señal. Sin embargo, simultáneamente, el suministro de energía también está aumentando, lo que lleva a que la cuota actual de las energías renovables en el suministro de energía sea apenas del 17%.
De todos los indicadores, el de GEI por Producto Interior Bruto (PIB) es el único que disminuye continuamente. Esto significa un desacoplamiento entre la generación de energía y la riqueza económica del país, es decir, que se necesita menos energía para generar riqueza. Sin embargo, no es suficiente. Para que se pueda avalar una senda favorable a la descarbonización, también es necesario que esa energía emita menos y, finalmente, nada. Lamentablemente, esta tendencia es plana y no registra un descenso. COP27: hay poco tiempo y mucho por hacer.
¿Qué opinan los ambientalistas?
“Los datos del índice son claros: para mantener 1,5°C al alcance de la mano y evitar un cambio climático peligroso, el mundo debe reducir sus emisiones a la mitad para 2030. Sólo si utilizamos mucha menos energía y más fuentes renovables es posible alcanzar este objetivo”. Señala el responsable de Clima de SEO/BirdLife, David Howell, que forma parte de las negociaciones como integrante de las delegaciones de BirdLife International y CAN Europe.
Y agrega que: “La aprobación de una hoja de ruta, apuntalada en la ley de cambio climático nacional, ha permitido a España mejorar su posición en el índice. Pero también deja claro cuáles son las teclas que tenemos que activar. Más energías renovables, más ahorro y eficiencia y políticas que corten emisiones en otros sectores claves como el transporte, la industria o la producción agraria. Toca, pues, ejecutar rápidamente lo acordado. Y elevar la ambición lo antes posible, en la revisión de objetivos en 2023-2024”.
“Todo ello debe acometerse evitando impactos críticos sobre la biodiversidad porque no podemos olvidar que el 37% de nuestros objetivos climáticos se consiguen conservando y restaurando espacios naturales”.
“La conexión entre cambio climático y naturaleza es, de hecho, una de las cuestiones que pueden salir reforzadas de la COP27, que tiene en sus manos lanzar un mensaje a su COP hermana, la de biodiversidad, que arranca en unos días en Canadá. Por nuestra salud y por el clima, es el momento de alcanzar un acuerdo global, al estilo del Acuerdo de París».
«Para frenar la pérdida de biodiversidad y empezar a ganar naturaleza. Este mensaje tiene que quedar claro en la resolución final de la cumbre de Egipto. Por el momento, no vemos este empuje en los borradores de texto que se están negociando”, concluye Howell. COP27: hay poco tiempo y mucho por hacer