Los consumidores desconocen que ésta no es una buena práctica, puesto que eso supone que una parte del gas emitido permanecerá en la atmósfera muchos años provocando efecto invernadero, siendo probable que nunca llegue a compensarse.
La empresa afirma en su publicidad que “(…) con la compra de cada vehículo nuevo, Volkswagen planta un árbol en los bosques Think Blue, para compensar las primeras emisiones del vehículo”, y afirma que esta compensación se realiza a lo largo de 30 años.
Los consumidores desconocen que ésta no es una buena práctica, puesto que eso supone que una parte del gas emitido permanecerá en la atmósfera muchos años provocando efecto invernadero, siendo probable que nunca llegue a compensarse. Por otra parte, la realidad es que los árboles ibéricos tienen muy poca capacidad de fijar carbono y, por tanto, de compensar emisiones. La especie que más carbono fija de las plantadas por VW (1) es el endrino (Prunus spinosa) que, en sus primeros 30 años de vida, es capaz de fijar una media anual de 8 kg de carbono, es decir, 8.000 gr.
Esta cifra es inferior a la media en los primeros años de vida y superior cuando el árbol es adulto. Un vehículo emite de media 130 gr CO2/km. Por tanto, en el mejor de los casos, sólo quedarían compensadas las emisiones de los primeros 61,5 km.
Las metodologías internacionalmente reconocidas establecen que, para llevar a cabo la compensación, el emisor de los gases de efecto invernadero debe obtener certificados de absorciones de carbono ya realizadas y verificadas, y no a realizar en un incierto futuro.
Se relega a un segundo lugar la transparencia en la comunicación Reforesta advirtió en 2012 al fabricante de automóviles de que lo correcto es plantar el número de árboles necesario para retirar las emisiones en un año, y Volkswagen, por medio de un correo electrónico, delegó la respuesta en la empresa encargada de reforestar (Bosques Sostenibles), que admitió por escrito que Reforesta tiene razón pero que “(…) este planteamiento obstaculiza la puesta en marcha de este tipo de proyectos, comprometiendo su viabilidad económica y por extensión la supervivencia y el mantenimiento de los árboles que se pretenden instalar, lo cual podría conllevar la desviación de inversiones provenientes de la Responsabilidad Social Corporativa hacia otros sectores con mayor seguridad y menor incertidumbre”. Es decir, relega a un segundo lugar la transparencia en la comunicación, que es uno de los pilares de la Responsabilidad Social Corporativa.
Sin perjuicio de que lo más importante en la lucha contra el cambio climático es la reducción de emisiones más que su compensación, es una lástima que una buena iniciativa se vea empañada por la falta de rigor y que, gracias al desconocimiento de la sociedad, VW obtenga una inmerecida reputación de compañía medioambientalmente respetuosa, que transmita una buena imagen a su marca y ayude a sus ventas. (1) Véase Bosques Sostenibles y pág. B6 de la guía metodológica del MAGRAMA