“Parece mentira que en España el gobierno siga hablando de tener el “firme propósito de combatir la contaminación, bajar los niveles de emisiones y bregar por un Medio Ambiente más limpio”, cuando sus acciones van exactamente en contra de lo que “dicen”.”
Acumulación de contradicciones
Hace unos meses se le pagó a una de las grandes empresas productoras de electricidad más de 80 millones de euros, por que sufrió pérdidas a causa de una regulación de 2007 que fomentaba el uso del carbón en detrimento del gas. Es importante aclarar que la empresa cuenta con los dos tipos de centrales, pero de los beneficios no se quejó en ningún momento.
Respecto a las citadas térmicas “carboneras”, en vez de intentar que se reduzca su uso por ser contaminantes en grado superlativo, el gobierno provee de ayudas a dichas centrales, siempre y cuando usen combustible de extracción local; pero al mismo tiempo, desde el Ministerio de Medio Ambiente se insta a reducir el consumo doméstico de carbón para evitar contaminar.
El gobierno aprobó hace unos pocos días el tristemente célebre RD del Autoconsumo y el ministro Soria salió a los medios a justificar la medida como una forma de apoyar y fomentar el uso de energías limpias, cuando en realidad las combarte ferozmente.
Incluso tuvo el desparpajo de hacer chistes malos al respecto, comentando que no es un “impuesto al sol” como lo apodó el pueblo español, sino una “prima al sol”.
Ante el escándalo del Grupo Volkswagen, fuentes gubernamentales han afirmado que España se unirá a las demandas que se presenten, porque con el engaño de los motores trucados, se ha contaminado impunemente el aire del país y se pedirá una indemnización por ello.
Ahora resulta que se le envió a la CE una solicitud para que se eleven un 43 % los límites permitidos de NO2 y que se aplace la puesta en marcha del plan de reducción de emisiones por 12 meses, porque ello afectaría al mercado automotriz nacional. Pero el ministro Soria aclaró que esto no significa que se pida permiso para contaminar más.
El sí gubernamental al diesel
Desde la CE se viene planificando hace un tiempo lograr que los controles las emisiones de gases contaminantes sean mucho más estrictos y efectivos y según la propuesta que se presentó hace unos días, estas medidas entrarán en vigor a partir de 2016.
Espoleados por el escandalo de VW y a sabiendas de la ineficacia de los test de verificación, todo el mundo se ha puesto a buscar la forma de lograr que los vehículos sean más limpios en sus emisiones y los motores diesel son los que se verán más afectados.
Por ello el gobierno español solicitó ciertas “excepciones” para la producción de dichos motores a nivel nacional, con la excusa de que la aplicación de las duras medidas que se planea poner en práctica, afectarían a la industria automotriz española, donde de cada 43 coches producidos, 31 son diesel.
Destacan dos peticiones: la de aumentar el límite de contaminación en un 43 % y la de aplazar por un año la aplicación del nuevo protocolo de control. Según esta normativa, los motores diesel no puedrán emitir más de 128 mg de NO2 (dióxido de carbono), pero para nuestro país se pide que el límite sea de 184.
Respecto al tema de los plazos, es de destacar que el calendario de aplicación de las medidas por parte de la CE se conoce hace ya bastante tiempo, por lo que el gobierno muestra una vez más su falta de previsión a la hora de hacer bien sus tareas.
Argumentación insostenible
Los argumentos esgrimidos son bastante peregrinos: que el empleo podría bajar, que tampoco es para tanto la contaminación, porque serían más caras las pérdidas que los costos en salud, que las normas generales europeas no pueden ser perjudiciales solo para uno de los integrantes del grupo y que se verían afectadas las exportaciones y las inversiones en investigación y desarrollo.
Lo que parece no darse cuenta el gobierno es que está poniendo en la balanza, de un lado la salud de 46 millones de españoles y la contaminación medioambiental que ya es muy preocupante en nuestro país y del otro las ganancias de un puñado de empresas automotrices. Y es muy obvio qué es lo que pesa más.
Es innegable que España consume coches diesel, dado que casi uno de cada dos vehículos que circulan en nuestro país usa este tipo de combustible, pero en el resto del mundo la relación es de 1 cada veinte y la industria del coche limpio, 100% eléctrico crece a pasos agigantados, así que lo de las exportaciones es puro cuento.
La premisa de que estas medidas serían un coto a la investigación y al desarrollo se cae por su propio peso, ya que la idea de fabricar motores mas limpios es un aliciente para la innovación y la exploración de nuevas alternativas, así que seguimos sumando contradicciones.
Respecto a la queja de que las normas sean iguales para todos los miembros de la CE, el gobierno debería aplicarse el mismo principio del que tanto se ha vanagloriado durante su mandato: la ley es igual para todos y los recortes también. Aunque los hechos digan lo contrario.
Una reflexión final
Desde el gobierno se sigue combatiendo de manera sistemática y contundente todas las posibilidades de mejorar las condiciones ambientales de nuestro país y por ende de la salud de sus ciudadanos, de fomentar las energías renovables y de ser más eficientes y responsables en el consumo, en todos ámbitos posibles.
Y se sigue beneficiando a unas pocas empresas, las eléctricas y las automotrices en los casos citados, en detrimento de la mayoría de la población, que pagará caro estas decisiones y lo hará con dineros públicos (que salen de los bolsillos de los contribuyentes) en forma de “ayudas” y con su propia salud y la del Medio Ambiente.