«No hemos pedido penalizar a los diesel. Hemos pedido que no haya una discriminación de los menos contaminantes. No pido que se aumente la presión fiscal sobre los diesel, sino que no se les prime frente a otros vehículos menos contaminantes. Y para no favorecer la compra de vehículos más contaminantes, (pedimos) que se aplique a otros la misma presión fiscal que tienen los diesel. No pedimos aumentar la presión fiscal sobre los diesel sino rebajar la de los otros. Es un planteamiento absolutamente lógico», ha insistido.
A renglón seguido, ha explicado que «el problema de los diesel (que emiten óxidos de nitrógeno –NOx– y partículas en suspensión) no es global como el dióxido de carbono (CO2), sino local» y ha recordado que «los problemas globales tienen que ser abordados con soluciones globales, pero los locales con soluciones que sean aplicables dentro de las ciudades».
De hecho, ha considerado que, «sin perjuicio de los desplazamientos entre ciudades y de los usos comerciales de los diesel, de acuerdo con la UE la circulación interna en las ciudades de todos los vehículos de combustión, especialmente de los que causan NOx –el único parámetro que no alcanzan la mayoría de las grandes ciudades europeas–, tendrán limitaciones con relación a los que no sean contaminantes».
Por ello, ha señalado como posible medida para ir favoreciendo la introducción de estas limitaciones a los diesel que se adopten «medidas fiscales no sobre los criterios de potencia que ahora existen, sino directamente sobre (sus niveles de) contaminación», lo que debería tramitarse a través de los recursos fiscales que «corresponden a los ayuntamientos».
ECOticias.com – ep