El grupo busca en su día a día combinaciones de iones de distintos tipos que sean capaces de absorber de forma adecuada el CO2. Los líquidos iónicos con los que trabajan, que en realidad son sales con un punto de fusión muy bajo, tienen unas propiedades muy distintas a la del resto de las sustancias químicas, lo que les hace “muy interesantes” para esta labor de captura, ha explicado el responsable del grupo, Santiago Aparicio.
Optimizar las características de las “prometedoras” sustancias con las que trabajan es uno de los empeños de estos científicos, quienes intentan que los líquidos iónicos, además de tener una capacidad de absorción de dióxido de carbono adecuada, presenten unas buenas características de viscosidad o de degradación térmica adecuadas, por ejemplo, ha manifestado.
Además de que los líquidos capturen el CO2 con una eficacia relativamente alta y de que el proceso sea lo más óptimo posible, el grupo de investigación indaga para lograr que este proceso se ejecute con el menor coste posible. “La captura del CO2 supone un sobrecoste económico a la electricidad”, por lo que tratamos “de que ese paso adicional que estamos añadiendo a la generación de electricidad” no incremente “más de un 20 ó un 30 por ciento” su precio, algo “ bastante complejo” con la tecnología actual, ha dicho.
Procesos
Una vez se encuentre el líquido iónico candidato, caben dos opciones para llevar a cabo la captura. Una de ellas sería disponer la sustancia en una torre de tratamiento donde el CO2 circule sobre el líquido y éste le absorba. El gas resultante, limpio de dióxido de carbono, sería emitido a la atmósfera, mientras que el CO2 retenido por el líquido iónico en el proceso sería “secuestrado” en yacimientos geológicos o utilizado como combustible en la industria. La segunda forma de proceder pasaría por situar el líquido iónico en cuestión en unas membranas sólidas y pasar el dióxido de carbono a través de ellas. Este proceso es más eficiente, sin embargo, presenta una serie de inconvenientes relacionados con la estabilidad física de estas membranas, ha afirmado Aparicio.
Dado que en el futuro se van a seguir utilizando combustibles fósiles y que las energías renovables “por desgracia” no son una alternativa a corto plazo, el investigador ha destacado que grupos de investigación en varios países están tratando de hallar formas como ésta, para tratar de reducir su impacto ambiental.