Polonia ha liderado este lunes la resistencia de los países del este -más dependientes de los combustibles fósiles- a que la UE fije un objetivo obligatorio del 40% de emisiones de CO2 para 2030 (respecto a los niveles de 1990), alegando que tendrá un coste excesivo y pondrá en riesgo la competitividad de la industria comunitaria frente a la de otros socios comerciales que no están tomando medidas contra el cambio climático.
El enfrentamiento entre los países del este y los del oeste -que sí apoyan el objetivo del 40% propuesto por la Comisión- hace difícil que se pueda alcanzar un acuerdo a tiempo para la cumbre de líderes europeos del 20 y 21 de marzo, como estaba inicialmente previsto.
Durante el Consejo de Medio Ambiente de la UE, Polonia ha contado con el apoyo expreso de Hungría, República Checa, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria. El ministro polaco, Maciej Grabowski, ha sostenido que para su país, los costes de recortar las emisiones serán «drásticamente más altos que para otros Estados miembros», y ha denunciado que la Comisión no ha presentado soluciones.
«El objetivo del 40% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es demasiado ambicioso e inaceptablemente caro para los Estados miembros más pobres», ha abundado el representante eslovaco, Peter Ziga. Y el ministro de Medio Ambiente checo, Richard Brabec, ha dicho que la UE sólo debería ofrecer un recorte del 40% si se logra un acuerdo internacional para combatir el cambio climático en 2015. «Si lo, la UE debe mantener la meta del 35%», ha sostenido.
Para el representante rumano, Mihail Faca, «no podemos correr el riesgo de poner a nuestra industria en una posición de desventaja». Los países del este han reclamado además que la UE no fije nuevas metas en materia de renovables ni de eficiencia energética.
Frente a ellos, la mayor parte de los antiguos Estados miembros ha defendido el recorte del 40% y ha reclamado una decisión ya en el Consejo Europeo de marzo con el fin de enviar una señal a los inversores y mantener el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático.
El más enérgico ha sido el ministro de Medio Ambiente británico, Edward Davey, que ha pedido que la UE ofrezca una reducción de hasta el 50% de las emisiones si hay un acuerdo internacional el año que viene, propuesta que ha sido secundada por Suecia. Reino Unido ha dicho además que respalda una cuota obligatoria de renovables del 27% para la UE -como propone Bruselas, siempre que no haya metas individuales para cada Estado miembro.
También España, Austria, Portugal, Alemania, Dinamarca, Francia, Bélgica, Países Bajos, Finlandia, Eslovenia, Estonia o Luxemburgo han apoyado expresamente el objetivo del 40%. Eso sí, todos ellos han pedido flexibilidad y condiciones favorables en el reparto de la carga por países con el fin de minimizar el impacto en la industria.
En lo que apenas ha habido avances ha sido en los objetivos de renovables y eficiencia energética. Para renovables, la Comisión ha propuesto un objetivo diluido del 27% en 2030, ya que no habrá metas nacionales por países. Y ha renunciado a fijar una nueva meta de eficiencia energética.
Algunos países, como Portugal, Alemania y Dinamarca, han reclamado un objetivo de renovables más ambicioso de por lo menos el 30%, otros han apoyado a la Comisión y la mayoría no se ha pronunciado.
ep