Europa ha dado inicio al mayor negocio de su historia. Se encuentra absorbiendo la atmósfera e inyectando la Tierra. Una actividad sumamente relevante en el momento actual debido a la concentración de CO2 presente en el aire. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU ha manifestado una posición contundente sobre este asunto. El cambio climático existe y avanza. Y solo eso. Su causa principal es la actividad humana. Disminuir las emisiones ya no es una opción, sino una necesidad global.
Europa da inicio al mayor negocio de su historia: almacena CO2 en el momento más necesario
Tras el anuncio de una catástrofe ambiental sin precedentes, se ha comunicado el comienzo de un negocio crucial para Europa. Ya ha puesto en marcha su primer gran almacén submarino de dióxido de carbono.
El proyecto Northern Lights, fomentado por Equinor, Shell y TotalEnergies, ya ha inyectado las primeras toneladas de CO2 en un reservorio ubicado a 2600 metros bajo el fondo marino de la costa occidental de Noruega.
La captura y el almacenamiento de carbono (CSS, por sus siglas en inglés) se postula como un camino viable para disminuir las emisiones en sectores complejos. Por ejemplo, la producción de cemento, acero o energía a partir de residuos.
Hasta ahora, este tipo de tecnología se habían visto como algo experimental o demasiado costoso. Con esta iniciativa, Europa sienta las bases de un sistema comercial de transporte y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2). El CO2 almacenado tiene su origen en la cementera de Heidelberg Materials en Brevik, al sur de Noruega.
El plan de Europa es expandir la capacidad del primer reservorio submarino
Después de ser licuado y transportado en barco hasta Øygarden, se bombeó por un oleoducto de 100 kilómetros hasta el reservorio submarino llamado Aurora. El primer periodo del proyecto permite la inyección de 1,5 millones de toneladas anuales de CO2.
Este año, Northern Lights aprobó una expansión de la iniciativa por medio de un acuerdo comercial con Stockholm Exergi. 7500 millones de coronas noruegas (alrededor de 740 millones de euros) de inversión serán el punto de inflexión en esa expansión.
Todo esto con una segunda etapa que incrementará la capacidad a más de 5 millones de toneladas al año a partir de 2028. Más allá de Stockholm Exergi, la danesa Ørsted también se encuentra entre sus clientes principales, junto con la holandesa Yara y la propia Heidelberg Materials.
En la página web de Equinor, quedaron plasmadas las palabras de Anders Opedal, CEO de Equinor. El ejecutivo expresó que “esto demuestra la viabilidad de la captura, el transporte y el almacenamiento de carbono como una industria escalable”.
Contando con el respaldo del gobierno noruego y una colaboración activa con sus socios, Equinor ha hecho realidad lo que para otros solo estaba sobre papel.
Perspectiva de futuro del mayor negocio de Europa
Irene Rummelhoff, vicepresidenta ejecutiva de MMP en Equinor, también dio su parecer. “Con Northern Lights en funcionamiento, hemos demostrado que esto es posible. Ahora, esperamos liderar operaciones seguras y eficientes en nombre de la asociación Northern Lights y usar esto como un trampolín para el desarrollo posterior de CCS en Europa”, acotó.
Aunque el anuncio de este negocio es un auténtico punto de inflexión, queda una duda sobre el avance del modelo. Si logrará escalar lo suficiente como para contribuir de forma real a las metas climáticas planteadas en Europa. Noruega ha abierto la puerta, pero el avance de este sistema dependerá de cuánta reducción de emisiones pueda proporcionar en los próximos años. Mientras se determina el alcance de este sistema, Noruega reescribe la historia con otro proyecto.


















