La Asamblea Nacional francesa aprobó el miércoles por la noche la supresión de las «zonas de bajas emisiones» (ZBE) en varias ciudades francesas, una decisión que fue apoyada por los grupos Republicanos (LR) y Agrupación Nacional (RN).
Esta derogación fue debatida en el marco del examen del proyecto de ley de «simplificación», fue adoptado por 98 votos a favor y 51 en contra, con el apoyo de RN, la derecha, LFI y algunos macronistas.
Creadas en 2019 y ampliadas en 2021, estas zonas de bajas emisiones tienen como objetivo restringir la circulación de los vehículos térmicos más contaminantes y, a menudo, más antiguos. Aunque las ZBE tenían como objetivo incentivar a los conductores a comprar vehículos menos contaminantes, algunos políticos, tanto de derecha como de izquierda, la denunciaron como una medida que penalizaba a los hogares con bajos ingresos.
¿No más ZBE?
Los diputados franceses han derogado las denominadas zonas de bajas emisiones (ZBE), que restringen el acceso de ciertos vehículos contaminantes en grandes ciudades, en un polémico voto que unió a la ultraderecha, conservadores e izquierda radical, dejando solo al Gobierno francés. Esta votación, celebrada anoche en la Asamblea Nacional, tendrá que confirmarse dentro del examen global del proyecto de ley sobre la simplificación de la vida económica.
Las ZBE, que se aplican en varias países europeos para atenuar los efectos de la contaminación atmosférica y sonara, se habían aprobado en Francia en 2018, aunque su despliegue se había puesto en marcha de manera gradual ante las críticas que el dispositivo generaba.
Asociaciones de automovilistas y partidos como el ultraderechista de Marine Le Pen censuran las ZBE por considerarlas excluyentes para las clases populares, las que no tienen los medios económicos para contar un vehículo eléctrico.
La supresión ha supuesto un revés para el Ejecutivo de François Bayrou. La ministra de Ecología, Agnès Panier Runacher, intentó salvar parte de las ZBE presentando una enmienda que excluía de esa supresión a París y Lyon -las ciudades más contaminadas-, pero fue también rechazada por los parlamentarios.
«El sentido de este dispositivo es el derecho a vivir en condiciones saludables. La calidad del aire está, cada año, detrás de decenas de miles de muertes precoces cada año, de enfermedades graves y patologías en los niños, especialmente entre los más modestos», lamentó la ministra. EFE / ECOticias.com