El ozono (O3) es un contaminante atmosférico secundario que resulta muy reactivo y oxidante y que se forma a partir de diferentes reacciones fotoquímicas en las que participan los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos volátiles, producto de la combustión de combustibles de orígen fósil.
Cuando las concentraciones de ozono en las ciudades superan un umbral determinado pueden afectar a las personas y hay protegerse. Los efectos del ozono en la salud varía según su concentración en la atmósfera y la sensibilidad del individuo. Por esta razón es que los niveles deben mantenerse bajos y en caso de que suban hay que avisar a la población para que tome medidas.
Alto nivel de ozono troposférico en Madrid
Las catorce estaciones del Ayuntamiento de la capital y veintisiete de las veintiocho estaciones de la Comunidad de Madrid han sobrepasado este sábado el umbral del ozono troposférico asociado a la contaminación y el sol y causante de afecciones respiratorias.
En las catorce estaciones municipales y veintisiete de las veintiocho autonómicas se han superado el umbral de protección de la salud, establecido en 120 microgramos por metro cúbico, en la Directiva de la Calidad del Aire. Ninguna de las dos Administraciones advierte de esta circunstancia a la población en señal preventiva como sería lo oportuno.
A fecha de hoy, las estaciones de medición de Juan Carlos I y Casa de Campo llevan 44 y 43 días con registros por encima del umbral de protección, mientras que las estaciones de Algete y Torrejón han rebasado el umbral 39 días.
La Directiva de Calidad del Aire establece un límite de 25 superaciones por año. Las catorce estaciones de la red de la capital ya han llegado a esa cifra y catorce de las veintiocho estaciones de la red autonómica superan esa cifra.
El ozono «malo» incide en la salud de las personas y también en los espacios naturales y las cosechas. El ozono troposférico -también llamado ozono malo, frente al estratosférico, que hace de filtro de la radiación ultravioleta- aparece cuando los rayos solares inciden con mayor intensidad en otros contaminantes, esencialmente el NO2 (dióxido de nitrógeno) asociado al tráfico.
Además de afectar a la salud y calidad de vida de los ciudadanos, con impactos sobre el sistema inmunológico (alergias) y respiratorio (asma) y también a los espacios naturales y las cosechas, el ozono troposférico es un potente gas de efecto invernadero a nivel global.
Combatir, informar y prevenir la contaminación debida al ‘ozono malo’
Ecologistas en acción ha exigido a los Gobiernos municipal y autonómico la puesta en la puesta en marcha de planes de actuación para combatir esta contaminación, prevenir e informar a la población de situaciones de altos niveles de ozono. Ha destacado la importancia de publicar los episodios de contaminación por encima del denominado umbral de protección de la salud y no solo cuando la normativa exige el aviso obligatorio (180 microgramos por metro cúbico) de media en una hora.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa el umbral en un nivel todavía más exigente y recomienda controles por encima de los 100 microgramos por sus efectos perniciosos. Las alertas por concentración de ozono que establece la normativa europea están encaminadas a recomendar a los grupos de riesgo que eviten realizar esfuerzos físicos al aire libre o actividades de larga duración que puedan producir fatiga.
Las condiciones meteorológicas de la atmósfera pueden dispersar o concentrar los contaminantes o incluso modificar su naturaleza. Cuando la situación meteorológica contribuye a la concentración del ozono, de tal forma que se superan los valores límite legislados, se debe declarar un episodio ambiental y hay que definir medidas para reducir las emisiones y la concentración de de los agentes polucionantes, al tiempo que se le tiene que adviertir a la población de los peligros que tal situación ocasiona. EFE / ECOticias.com