A juicio de estos ecologistas su cumplimiento de esta reforma es una herramienta clave para lograr una movilidad limpia, más sana, sostenible y descarbonizada. Eso sí, en este sentido recuerdan que esta iniciativa debería reflejar un «compromiso auténtico por parte del Gobierno y las empresas, más allá de meras declaraciones formales o gestos simbólicos».
Es más, recuerdan que sector del transporte es el responsable de más del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y que en el último año ese porcentaje no se ha disminuido, sino todo lo contrario.
Tarde y mal por parte del Gobierno en la reforma del sistema de etiqueta ambiental de los coches
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha informado en el Senado que “el Gobierno revisará el sistema de etiquetas ambientales para vehículos cuando lo indiquen los expertos y haya consenso entre todos los actores implicados en el proceso”. Ante estas declaraciones, organizaciones ambientales y sus especialistas, le recuerdan que llevan más de cinco años exigiendo la reforma de este sistema.
Estas peticiones no sólo se han trasladado a su Ministerio, sino también al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, al Ministerio de Sanidad y al Ministerio de Industria, sin obtener respuesta que no se centre en defender los intereses de las empresas del sector por encima de los generales, de la salud y del medio ambiente.
Desde estas organizaciones afirman que las etiquetas actuales “deben adaptarse a los cambios tecnológicos, a los objetivos y compromisos actuales en materia económica, energética, sanitaria, ambiental, social y climática” y que su cumplimiento es una herramienta clave para lograr una movilidad limpia, más sana, sostenible y descarbonizada, siempre que esta iniciativa refleje un compromiso auténtico por parte del Gobierno y las empresas, más allá de meras declaraciones formales o gestos simbólicos.
Propuesta de cambio de etiquetas medioambientales hecha pública en 2020
El sector del transporte genera más del 30% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, en el último año han vuelto a aumentar. Es importante adaptarse y mitigar sus graves impactos negativos con políticas ambientales que beneficien con hechos la salud de las personas y del planeta en el marco “Una sola salud”. En este sentido, las organizaciones ecologistas vuelven a manifestar, además, que “dado que se trata de una cuestión ambiental, seguimos perplejos ante el hecho de que un sistema de clasificación ambiental y energético siga siendo competencia de la Dirección General de Tráfico y no del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico”.
Lamentablemente en la actualidad se está impulsando y financiando con dinero público la renovación del parque automovilístico (a la transformación de la industria) sin tener en cuenta factores como, por ejemplo, las emisiones de CO2 de los vehículos. En este sentido, las organizaciones advierten de que “la etiqueta 0 (CERO) permite vehículos que contaminan y no son de cero emisiones, y la etiqueta ECO es un cajón de sastre de emisiones dispar y engañoso para los consumidores”.
ambién denuncian que la gama de colores utilizada no es intuitiva. Todo esto genera la confusión de los consumidores o usuarios que compran o usan vehículos con una catalogación que no es la real en términos de contaminación y daños.
Promover la movilidad activa, inclusiva, justa y sostenible es fundamental para impulsar el papel de las ciudades en la lucha contra el cambio climático. Estas organizaciones le piden al Gobierno coherencia: “es necesario contar con un sistema útil y coherente de distintivos ambientales para vehículos que contribuya eficazmente a la reducción de las emisiones y la adecuación a los últimos niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”. Y le recuerdan, además, “que un sistema reformado y actualizado tecnológicamente favorecerá positivamente a la industria al reducir la incertidumbre tecnológica y potenciar las ventas de vehículos de cero emisiones, lo que beneficiará a la industria y a la economía de nuestro país”.
Concluyen, a pesar de los continuos desplantes, con el ofrecimiento de todas las organizaciones al diálogo, al consenso y a la participación para reformarlo y actualizarlo urgentemente: “Necesitamos un sistema de distintivos ambientales para vehículos que discrimine positivamente a los que realmente no contaminan o contaminan menos y que no sea engañoso ni confuso para el público general. Todo ello con políticas y medidas que busquen contribuir a la descarbonización del sector del transporte y la movilidad”.