El Solar Impulse II no es el primer avión que depende de la energía del sol, pero sí el único que ha sido capaz de volar durante la noche, gracias a la energía almacenada durante el día. Es, además, el avión más grande construido con un peso tan bajo.
Pasito a pasito –su velocidad media es de 75 kilómetros por hora–, el Solar Impulse II ha completado la vuelta al mundo a un año y cuatro meses de su salida, movido exclusivamente por energía solar. A su llegada a Abu Dabi, lugar del que partió en marzo del año pasado, el piloto André Borschberg ha declarado: ‘Este momento es muy especial para nosotros, hemos completado este viaje y estamos muy emocionados con la llegada a Abu Dabi’.
El Solar Impulse II no es el primer avión que depende de la energía del sol, pero sí el único que ha sido capaz de volar durante la noche, gracias a la energía almacenada durante el día. Es, además, el avión más grande construido con un peso tan bajo.