“Según el estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, la prohibición de circulación de coches, los sábados en la Ciudad de México, no ha bajado el nivel de contaminantes del aire, aunque se estimaba que limitar la conducción durante el fin de semana reduciría las emisiones en un 15 %.”
No conducir los sábados
Tras el último análisis de las mediciones de la contaminación en ciudad de México que tiene graves problemas con la calidad del aire, se concluyó que estas restricciones no han tenido el efecto que se esperaba, ya que aparentemente los residentes las “combatieron” mediante el uso de taxis y vehículos compartidos.
El crecimiento masivo del número de coches, junto con una localización geográfica que atrapa una manta tóxica de aire polucionado que se cierne sobre la ciudad, causan que más de diez mil personas sean hospitalizada cada año.
En un esfuerzo por abordar el problema, en 1989 se introdujeron las primeras restricciones que impedían usar el coche un día por semana. El sistema se basaba en las placas de matrícula, por lo que, si esta terminaba en cinco o seis, significaba que el coche no podía ser conducido el lunes y así sucesivamente.
El programa, conocido como “Hoy No Circula” tuvo un gran éxito en términos de cumplimiento y ha visto algunas mejoras en la calidad del aire, dado que México ya no está clasificada como la ciudad más contaminada del mundo, habiendo sido superada por Pekín y Delhi.
Para analizar el impacto de la restricción de los sábados, los investigadores estadounidenses analizaron no sólo muestras de calidad del aire, sino también las cifras de usuarios del transporte público y la asistencia durante el fin de semana al zoológico de la ciudad, para obtener una imagen más clara de la actividad general.
Mínimo impacto
El resultado de la comparación de estos parámetros fue que en realidad el impacto de la medida era mínimo, dado que las variaciones entre las mediciones de los sábados y el resto de los días de la semana eran muy pequeñas y la actividad social no disminuyó.
Los investigadores concluyeron que por más que la medida apuntaba a que se hiciera un mayor uso del transporte público, en realidad esto no sucedió y creen que las causas de esta renuencia tienen un origen netamente social.
Aun cuando el transporte público resulta mucho más barato, para los mexicanos conducir un coche en la ciudad es símbolo de estatus, por lo que, si no pueden hacerlo, piden a un familiar o amigo que los lleve o toman un taxi.
Medidas futuras
En la reunión de alcaldes celebrada a fines de 2016 en Ciudad de México, la capital se comprometió a prohibir la circulación de los coches diésel para 2025, alegando que son los responsables de generar los contaminantes más peligrosos para la salud pública.