El corazón no me cabía en el pecho cuando entrevisté a 3 extranjeros que llegaron aquí para disfrutar de bellezas naturales que desaparecieron de Europa hace 65 millones de años.
Si anduviésemos con la cabeza erguida y los ojos bien abiertos, con la mirada hacia arriba y no hacia el suelo, sin duda disfrutaríamos mucho más de tantas cosas lindas que tiene Costa Rica.
El corazón no me cabía en el pecho cuando entrevisté a 3 extranjeros que llegaron aquí para disfrutar de bellezas naturales que desaparecieron de Europa hace 65 millones de años.
Jay Packer, de Texas, conoce 21 países en 6 continentes. “Ninguno se compara con Costa Rica”, dice.
“La cantidad de aves es impresionante; las plantas son exuberantes. Los árboles de hasta 80 metros de altura paran el aliento; las diferentes tonalidades de verdes son únicas”.
“Además, enfatiza, me gustan mucho la gente y las comidas”.
Deepak Ramineedi vino con su esposa Manasa Madala desde la India.
Les encanta el bosque lluvioso “y la gran cantidad de hermosas aves. Ustedes tienen un país hermoso”, expresan ambos, padres de un heredero de 6 meses.
Los vi comer trucha y gallo pinto con huevo, felices de la vida.
El más hablantín se llama Dominique Grandgarge, nacido en Besanzon, Francia, la cuna del famoso poeta, escritor y novelista Víctor Hugo.
“Estamos felices aquí”, declara en compañía de su esposa Michelle.
“Nos gusta mucho el trato de las personas; son muy amables: buenos días, con permiso, qué se les ofrece, para servirles, buenas noches… como en Francia”.
Al igual que Jay, Deepak y Manasa, resaltan las bellezas naturales, el clima, la cantidad de aves y plantas; las nacientes de agua, los gigantescos árboles, las cascadas, los senderos, los atardeceres, los amaneceres…
Dominique recuerda esta frase de Víctor Hugo: “El agua que no corre hace un pantano; la mente que no trabaja hace un tonto”.
Estos franceses vinieron por un mes. Luego irían a Tortuguero, Monteverde, el Pacífico Norte. Y después de regreso por Air France, lo dicen con orgullo como cuando nosotros decíamos: qué lindo volar en LACSA.
No eran los únicos hospedados en Paraíso Quetzal Lodge en Copey de Dota, pero decidí hablar con ellos para recoger una muestra de por qué vienen desde tan largo, si tienen otros 243 países a los que podrían viajar.
Otros franceses, 6 en total, más el guía, aprovecharon que estaba bonito el día y se fueron para Corcovado. No quiero ni pensar lo que dirán si tienen la suerte de mirar un puma, una danta, unos venados, unas lapas rojas o ballenas y delfines en el Golfo Dulce, en su hábitat natural.
Nuestra riqueza
Costa Rica es hogar de más de 500 mil especies, que representa casi el 4% de las especies totales estimadas en todo el mundo. El nuestro es uno de los 20 países con la más alta biodiversidad en el planeta tierra. De estas 500 mil especies, un poco más de 300 mil son insectos.
Aquí existen 231 especies de mamíferos; 894 especies de aves han sido registradas en nuestro territorio (incluyendo la Isla del Coco), más que todos los Estados Unidos y Canadá juntos. Más de 600 de las especies de Costa Rica son residentes permanentes, y más de 200 son migratorias. Este es uno de los países con mayor diversidad de aves por metro cuadrado en el continente americano.
Nuestro país es hogar de alrededor de 175 anfibios, 85% de las cuales son las ranas. Al menos 127 especies de peces de agua dulce se han reportado en aguas continentales. Hay alrededor de 1.251 especies de mariposas diurnas y al menos 8.000 especies de mariposas nocturnas.
El turismo acá genera us$3.500 millones al año.
Con gusto les comparto aquí algunas fotografías de flora y fauna que he tomado en Costa Rica.