Es un manejo muy técnico (o debería serlo), con un acuerdo internacional suscrito por el país de por medio, que se politizó con protestas en las calles y reclamos de ambos lados. Mientras tanto los tiburones – el recurso marino – siguen siendo explotados, con preocupaciones sobre la salud de sus poblaciones.
“No todas las variedades de tiburón están en peligro de extinción.” Fue la defensa del presidente Luis Guillermo Solís en noviembre del 2015, meses antes de ganar el “premio” de “Enemigo de los Tiburones”. A su Gobierno le exige el sector de pesca de palangre que explota ciertas especies de tiburón, mientras ambientalistas denuncian un “desastre” en una serie de decisiones.
Es un manejo muy técnico (o debería serlo), con un acuerdo internacional suscrito por el país de por medio, que se politizó con protestas en las calles y reclamos de ambos lados. Mientras tanto los tiburones – el recurso marino – siguen siendo explotados, con preocupaciones sobre la salud de sus poblaciones.
Vea lo que dijo el Presidente en el 2015
En pocos días, el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) anunciará si la empresa privada podrá exportar o no ciertas especies de tiburón. Esto al amparo de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). Su aplicación genera controversia.
Cites busca regular el comercio de plantas y animales. Para poder exportar, debe existir un aval de la autoridad administrativa, basado en un criterio técnico de la autoridad científica. En abril pasado, profundizando la polémica, el Poder Ejecutivo definió al Incopesca como autoridad científica.
Pero aún falta un decreto que reglamente cómo se ejecutará esa potestad. El ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Luis Felipe Arauz, dijo que la nueva autoridad administrativa será el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa). El presidente de Incopesca, Gustavo Meneses, señaló que los técnicos de la entidad han avanzado en el desarrollo de la ciencia necesaria para sustentar sus decisiones.
A finales del 2016 el tiburón sedoso y zorro fueron incluidas en el Apéndice II de Cites. Significa que aunque su comercialización no es prohibida, sí es regulada. Y los países firmantes, como Costa Rica, deben asegurar que su extracción no atente contra su sostenibilidad. (Ver gráfico Pesca de palangre para entender más.)
Antes de exportar, el Incopesca debe publicar el Dictamen de Extracción No Perjudicial (DENP), que muestre – con datos científicos – que las poblaciones de esas especies no están amenazadas si se comercializan. Meneses dijo que en octubre es la época cuando se concretan exportaciones de tiburón sedoso y zorro. Así que en las próximas semanas deberán lanzar el decreto y el estudio que fundamente el DENP.