Se trata del “Módulo Clima de la Red de Agricultura Sostenible: Criterios para Adaptación y Mitigación al Cambio Climático”, que busca sensibilizar a los productores sobre los impactos generados por el cambio climático y promover la adopción de buenas prácticas agrícolas orientadas a la reducción de los gases efecto invernadero, incremento de carbono almacenado y el fortalecimiento de la capacidad de adaptación al cambio climático de los agroecosistemas.
Renaud Cuchet, representante en Guatemala de la firma comercializadora de café y cacao, Efico, comentó que la normativa para la evaluación de las prácticas amigables con el ambiente busca la certificación de los caficultores que, entre otros, aspectos pueden aprovechar el fijamiento de carbono que ya tienen los cafetales.
Un estudio conjunto de Anacafé y Rainforest Alliance determinó que los ecosistemas que conforman las plantaciones de café fijan un promedio de 81 tonelada de carbono por hectárea.
Guatemala cuenta con alrededor de 270 mil hectáreas de plantaciones distribuidas en el territorio nacional, de las que el 98 por ciento de los cafetos se ubican bajo sombra, constituyendo el bosque artificial más grande del país.
Capturando carbono
Según se informó, en Guatemala nació en 2008, el proyecto piloto que se llevó a cabo para poner en práctica el “Módulo”. De acuerdo con Cuchet, en el proyecto participaron cinco cooperativas y una finca de los departamentos de San Marcos y Santa Rosa, en donde se realizó la medición del almacenamiento de carbono y se calcularon las emisiones de gases de efecto invernadero tanto en fincas certificadas Rainforest Alliance, así como en las no certificadas.
El programa piloto determinó entre otros aspectos que en promedio, por hectárea, los ecosistemas cafetaleros de Santa Rosa fijan 79 toneladas, mientras que los de San marcos retienen 90 toneladas.
Cuchet también informó que dichas plantaciones no pueden vender el “secuestro de carbono” en el mercado internacional de bonos puesto que no son plantaciones nuevas, pero que si han fijado en su biomasa (hojas, ramas y madera) y en los suelos este componente, por lo que esto también favorece al ambiente.
