Panamá fortalecerá su gestión de riesgos con ayuda de un préstamo de US$100 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El programa permitirá al país desarrollar un nuevo marco para la formulación de políticas, la gestión de riesgos de desastres y la adaptación al cambio climático, en beneficio especialmente de las poblaciones más vulnerables a los desastres naturales.
Panamá es uno de los países más afectados por fenómenos climáticos extremos. Debido a su geografía, uno de cada ocho panameños está expuesto a múltiples amenazas como tormentas, inundaciones y terremotos. Entre 1986 y 2008 Panamá sufrió US$80 millones en pérdidas causadas por desastres naturales. Los aumentos de temperatura y del nivel del mar, fenómenos asociados al cambio climático, también presuponen una amenaza potencial para el Canal de Panamá y otras importantes fuentes de ingresos del país, tales como el turismo y la agricultura.
El proyecto facilitará la coordinación de políticas entre diversas entidades gubernamentales para que puedan responder más rápida y eficientemente a desastres naturales. «El fortalecimiento de la gestión de riesgos de desastres es un componente esencial de la estrategia del desarrollo económico de Panamá», dijo Héctor Malarín, jefe de la División de Medio Ambiente, Desarrollo Rural y Administración de Riesgos por Desastres del BID.
El programa impulsará una serie de compromisos políticos en materia de gobernanza y gestión financiera. Las medidas incluyen la implementación de políticas pertinentes, así como el apoyo a las autoridades locales a realizar previsiones presupuestarias para enfrentar eventuales desastres.
Asimismo el programa se enfocará en la capacidad de Panamá de identificar, reducir y gestionar riesgos de desastres. Se mejorará el intercambio de información entre las partes interesadas y se capacitará a las autoridades encargadas de la gestión de tierras para que tomen la vulnerabilidad al cambio climático como principio rector de su labor. Además, se reforzará la capacidad de respuesta panameña a desastres mediante capacitación y actualización de los protocolos para emergencias.
Esta operación es la primera de una serie de tres préstamos programáticos a realizarse en los próximos tres años. El financiamiento fue otorgado a un plazo de 20 años, con un período de gracia de 30 meses y una tasa de interés variable basada en LIBOR.