Marta Rosa Acosta, especialista de la delegación del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Vueltabajo
La Sierra de los Órganos, un rico ecosistema enclavado en el centro de esta provincia, que incluye al Parque Nacional Viñales y 11 áreas protegidas, podría convertirse en la séptima Reserva de la Biosfera de Cuba.
Marta Rosa Acosta, especialista de la delegación del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Vueltabajo, explica que esta zona pinareña reúne todos los requisitos exigidos para ser considerada Reserva de la Biosfera, por su diversidad biológica, la existencia de prácticas ecológicas racionales, encaminadas a la protección de los recursos naturales, y una comunidad que promueve el desarrollo sustentable.
La propuesta, según indicó a Granma, partió de la junta coordinadora provincial de áreas protegidas, y se encuentra actualmente en análisis. «Hasta ahora ha tenido muy buena aceptación, aunque para ser efectiva dependerá de la aprobación de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)», apuntó.
Entre los atributos que justificarían tal condición, sobresalen su amplia biodiversidad —con un alto grado de endemismo—, sus paisajes, formados por mogotes y alturas de pizarras, y el hecho de poseer el mayor sistema cavernario del país. Ello unido a importantes valores culturales, históricos y arqueológicos.
La Sierra de los Órganos comparte con la Sierra del Rosario el macizo montañoso de Guaniguanico, uno de los cuatro del archipiélago cubano, y está conformada por mogotes calizos, valles intramontanos y fluviales que se extienden a lo largo de seis municipios pinareños.
En ella, explicó la especialista, existen más de 1 600 especies vegetales, con cerca de un 30 % de endemismo, entre las que sobresale la palma corcho, considerada un fósil viviente. Además, posee 160 especies de moluscos, de las cuales el 90 % son endémicas.
Las reservas de la biosfera son zonas representativas de los diferentes hábitats del planeta, reconocidas por la UNESCO, para mostrar y fomentar una relación equilibrada entre la humanidad y el medio ambiente.
Pinar del Río ya atesora uno de los seis sitios que ostentan tal condición en el país: la península de Guanahacabibes.
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