El Delgado en el Estado, Héctor Araujo Ramírez, detalló que gracias a la participación de las empresas en el Programa Nacional de Auditoría Ambiental durante el 2011
La generación de residuos sólidos peligrosos disminuyó en Guanajuato cerca de 90 mil toneladas durante el 2011, a consecuencia de las labores de prevención y capacitación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).
El Delgado en el Estado, Héctor Araujo Ramírez, detalló que gracias a la participación de las empresas en el Programa Nacional de Auditoría Ambiental durante el 2011 se logró reducir la generación de residuos peligrosos de manera significativa en la Entidad.
Detalló que las acciones de Auditoría Ambiental fueron realizadas con el objetivo de analizar los procesos de cada una de las empresas inscritas, un proceso que permitió detectar diferentes áreas de oportunidad. Al ser atendidas se evitó la generación de residuos.
«Algunos procesos fueron desde pequeños ajustes en los mecanismos, el cambio de válvulas, modificación de algunas acciones, entre otros. Además del beneficio ambiental al evitar la generación de residuos, las empresas tuvieron beneficios económicos al mejorar sus procesos que les permitieron ahorrar en diferentes rubros: energía, agua, entre otros», dijo.
En Guanajuato se tiene un padrón de mil 200 empresas como fuentes significativas de contaminación que generan residuos sólidos peligrosos: metalmecánica, química, petroquímica, generación de energía, fundidoras, mineras, tratadoras de residuos peligrosos, hospitales y clínicas.
Además de contar con 24 transportistas de residuos peligrosos, siete recicladoras y tres tratadoras de residuos peligrosos y 17 centros de acopio de residuos peligrosos y biológicos infecciosos.
El Delgado aseguró que la dependencia a su cargo realiza de manera constante inspecciones de verificación para garantizar que las empresas cumplan con la normatividad ambiental federal.
Héctor Araujo detalló que en México la generación de residuos peligrosos en México es de 1.9 millones de toneladas, existiendo dos centros autorizados de disposición final de los residuos peligrosos uno en Nuevo León y el otro en Coahuila.
El problema existe en la falta de infraestructura para la adecuada disposición de los residuos peligrosos, donde la PROFEPA mantiene una vigilancia constante del traslado de dichos materiales a los lugares autorizados.
«A nivel nacional la PROFEPA tiene como estrategia no sólo visitar e inspeccionar a las empresas generadoras de residuos peligrosos, también a aquellas que prestan los servicios de recolección, transporte, acopio, tratamiento, incineración, reciclaje y disposición final», dijo.
Los residuos peligrosos son aquellos materiales que pueden perjudicar la salud y bienestar de los ecosistemas, entre ellos figuran: aceites lubricantes usados, disolventes orgánicos usados, convertidores catalíticos, acumuladores con plomo, baterías eléctricas a base de mercurio o níquel.
Además de fármacos, plaguicidas y sus envases, compuestos orgánicos persistentes, lodos de perforación a base de aceites de combustibles fósiles, lodos de plantas de tratamiento de aguas residuales cuando sean consideradas como peligrosas.
Entre los desechos peligrosos también se consideran los de hospitales y clínicas. Los relacionados con la sangre, sus componentes y derivados, cepas y cultivos de agentes patógenos, tejidos, órganos, partes removidas en la necropsia o cirugías no contenidos en formol, residuos punzocortantes (agujas, navajas de bisturí, lancetas, jeringas) y muestras biológicas.
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