Esta es la segunda estrategia de las cuatro que tiene planificado promover el MARN durante este año. Hace un mes lanzó la Estrategia Nacional de Saneamiento, restan la Estrategia de Biodiversidad, a presentarse en mayo
Los titulares de Medio Ambiente lanzan este día la Estrategia Nacional contra el Cambio Climático, que, según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), está fundamentada en tres pilares: mecanismos para enfrentar pérdidas y daños, adaptación al cambio climático y mitigación con cobeneficios. El titular del ramo, Hernán Rosa Chávez, señaló que su aspiración es que esta herramienta se convierta en la ruta a seguir en materia medioambiental para los próximos años.
Esta es la segunda estrategia de las cuatro que tiene planificado promover el MARN durante este año. Hace un mes lanzó la Estrategia Nacional de Saneamiento, restan la Estrategia de Biodiversidad, a presentarse en mayo; y la Estrategia del Agua, enmarcadas todas en la Estrategia Nacional de Medio Ambiente.
“A escala del Gobierno se ha venido haciendo esfuerzos de colocar el tema, ya aparece en la política nacional del medio ambiente. Acá ya tenemos todo un planteamiento de estrategia con tres ejes, cinco temas críticos y cinco requerimientos institucionales, y con este marco ya podemos trabajar en la formulación de planes específicos de acción”, dijo Rosa Chávez en relación con el lanzamiento que hará público hoy.
En esos planes, según el funcionario, deben involucrar a todos los sectores del país para poder avanzar en materia medioambiental. “Esto ya no es una tarea solo del MARN y del Gobierno. Por ejemplo, uno de los temas críticos es la sensibilización y ahí juegan un papel importante los medios de comunicación. Esta es una hoja de ruta donde a cada quién le toca tomar lo suyo y no debe escurrir el bulto. No puedo decir que la situación ambiental haya mejorado radicalmente, pero hemos logrado que haya voluntad para atender el problema. Lo que falta es un compromiso de todos”, declaró.
En lo referente al mecanismo para enfrentar pérdidas y daños, la estrategia dibuja tres líneas principales. El primero es un programa de inversiones críticas. Según Rosa Chávez, la idea es priorizar aquellos sitios donde ha sido frecuente el impacto de las situaciones del clima: “Dado que tenemos recursos limitados, tenemos que hacer los análisis de cuáles son los lugares donde necesitamos hacer inversión, para que si viene un evento extremo, logremos reducir las pérdidas y sea menor el impacto. Así podemos proteger mejor a las familias. Por ejemplo, es preferible que hagamos una inversión en este momento en reparar un puente que dejarlo así para que se lo lleve la crecida. La lógica de este programa es, sabiendo que vamos a tener un nuevo evento, prevenir”.
Para poder alcanzar con protección a más sitios que están en riesgo, la estrategia comprende el componente de la ayuda internacional. De acuerdo con el documento, los países que más contribuyen con emisiones de gases tienen una obligación de aportar recursos para combatir los efectos del cambio climático.
“Lo que está plasmado en la convención macro de Naciones Unidas, respecto al cambio climático, es que quienes han provocado este problema tienen una obligación. Nosotros apenas contribuimos al 0.04 % de las emisiones, y sin embargo estamos entre los países más impactados por este fenómeno”, dijo el ministro.
Rosa Chávez señaló que ese apoyo económico internacional es parte de la negociación que hacen los países en el seno de las Naciones Unidas. No obstante, el funcionario reconoce que parte de ese pacto también implica asumir compromisos: “La idea es que para 2020 vamos a tener un nuevo tratado que también va a ser vinculante para nosotros en cuanto a estos compromisos”.
El ministro argumenta la gravedad del problema del cambio climático en el país con palabras del Fondo Monetario Internacional. Este organismo financiero dijo el pasado 19 de marzo, en su declaración de la misión de consulta para el país, que “tras la crisis de 2008-2009, la economía salvadoreña ha crecido lentamente como resultado de la baja inversión doméstica y el impacto de choques climáticos”.
Otro de los pilares de la estrategia es apostarle a la adaptación. Según el documento, el país debe apostarle a que las personas que viven en condiciones de riesgo sean capaces de poder resistir los embates del cambio climático. Para lograr ese propósito, el MARN propone tres componentes: realizar pequeñas estrategias enfocadas por sectores, reordenar y apostarle a restaurar los ecosistemas.
Lina Pohl, viceministra de Medio Ambiente, señala que ya se hacen esfuerzos para lograr detener el impacto. De acuerdo con la funcionaria, el MARN le apostó a iniciar el trabajo de prevención con el sector cañero porque se trata de un rubro que ha dañado mucho los ecosistemas.
“Tenemos un acuerdo con el sector cañero para la erradicación de la quema. El año pasado iniciamos la zafra anterior con 2,500 hectáreas, para este año hicimos un acuerdo de abarcar 7,500 hectáreas. Vamos a ir aumentando gradualmente hasta llegar al proceso de erradicación de la quema de la caña. Decidimos comenzar por ahí porque es un sector que está avanzando en las zonas más frágiles del país. La caña está ubicada en sectores importantes, como los manglares. Está intensificándose y no queremos que esto se convierta (en algo) como el algodón”, dijo Pohl.
Las autoridades están conscientes de que arrancar con esta estrategia implica modificar algunas normativas relacionadas con el medio ambiente.
Rosa Chávez señaló que eventualmente el país va a necesitar contar con una ley de cambio climático; sin embargo, el funcionario considera que no es una prioridad tener la normativa para poder iniciar con la ejecución de la herramienta. “Vamos a tener que llegar paulatinamente a una ley de cambio climático”, dijo.
El tercer pilar que la nueva estrategia ambiental potencia es la mitigación. El documento resalta que el país tiene la necesidad de empezar a incluir el tema de la mitigación en los proyectos o programas que decida implementar de aquí en adelante. El MARN considera que el SITRAMSS, el rediseño de la presa El Cimarrón y la construcción de un parque eólico en Metapán (Santa Ana) son ejemplos de proyectos que son afines con la estrategia de cambio climático que impulsa.
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