Con este espíritu, desde hace unos siete años, una empresa ubicada en el Parque Industrial de Paraná se propuso iniciar un proceso de fabricación de bolsas para comercios a partir de un proceso de reciclado
Dicen los especialistas que el problema de las bolsas de plástico es su condición de “un solo uso”, no que sean de plástico. Así que esta condición se eslabona a cierta desaprensión de los comercios que no dudan en hacer, muchas veces, un uso abusivo e indiscriminado de las bolsas en sus negocios. Esto, unido a que cada vez las bolsas son de menor espesor, se reutilizan menos, tienen menor valor para el consumidor y, con frecuencia, se abandonan en lugares inadecuados provocando un impacto estético en el paisaje. “Es aconsejable reducir su consumo, realizar un consumo más responsable, sin olvidar ofrecer alternativas al consumidor adecuadas a su estilo de vida que, además, supongan el menor impacto ambiental posible comparando todas las alternativas”, expresan.
Con este espíritu, desde hace unos siete años, una empresa ubicada en el Parque Industrial de Paraná se propuso iniciar un proceso de fabricación de bolsas para comercios a partir de un proceso de reciclado con las mismas bolsas que se encuentran en el espacio público. Técnicamente, lo que hace Ecoplast –tal es el nombre de la firma- es elaborar envases plásticos flexibles a través de materia prima reciclada, desarrollando el proceso productivo desde la recolección y transformación de los desechos hasta la obtención de film, bolsas o termocontraíbles como productos finales, aseguran
Para ello han incorporado tecnología y equipamiento especial y cuentan con trabajadores “altamente capacitados”. Sin embargo, no deja de ser una empresa de característica familiar que a partir del estudio y la experimentación lograron constituir un negocio que se desarrolla en dos plantas de 1.400 metros cubiertos y que procesa 50.000 kilogramos mensuales de desechos, convirtiéndolos en una amplia gama de productos y satisfaciendo los requerimientos de un mercado muy diverso.
Javier Rodríguez y Fabiana Aréstico constituyen una pareja que hace 20 años comenzó a interesarse sobre el tema, cuando advirtieron que en el mundo se consolidaba una tendencia que, más temprano que tarde, llegaría a nuestro país como una imposición cultural.
Luego de estudiar e investigar por varios años porque “para reciclar tenés que tener en cuenta qué es lo que se puede mezclar y qué no, decidimos incursionar en el proceso de material virgen a partir del reciclado, es decir reponer el pelet (la pelotita que con un proceso industrial se convierte en el film básico) y a partir de allí recuperar las bolsas para formato consorcio, residuos, boutique o termocontraíbles.
CONCIENCIA. Del emprendimiento nació generar conciencia. Aseguran que hoy mantienen ese espíritu y además han logrado consolidarse como empresa. Naturalmente que desde la bolsa que se encuentra al arbitrio del viento en la calle a aquella que regresa al mercado lista para su uso existe un largo proceso.
Explica Aréstico que Ecoplast adquiere el material a acopiadores o a gente que las junta y los contacta para vendérselas. También realizan convenios con empresas que compran el material reciclado y lo depositan en su empresa.
Allí habrá que seleccionar y clasificar aquellas que tienen inscripciones de las que no las tienen, ya que cada una tendrá un proceso distinto.
Luego viene el proceso de molido, se limpia el material logrado y se los lava reiteradamente; finalmente se pasa a un procesos de centrifugado y finalmente al secado para su disposición industrial final. Esto lo regresa a su estado de insumo básico para la fabricación de bolsas con los mismos atributos y fortalezas que en su primer confección, pero realizadas a través de un proceso de reciclado.
Cuenta la empresaria con inquietudes ambientales que muchos fomentan la bolsa oxibiodegradable, que consiste en una bolsa realizada con material virgen (derivada del petróleo) a la que se le coloca un porcentaje de óxido, que permite que ese porcentaje se degrade al cabo de unos días de desuso el porcentaje de óxido que se incorpora al material virgen. “Esto hace que se deshilache, se rompa la cadena molecular contaminando peor que si volara por los aires. Nosotros tratamos de usar tantas veces como se pueda el material reciclado, mezclándolos con nuestro insumo virgen en base a reciclado”, explica Fabiana.
MERCADO. Para Ecoplast el mercado es amplio, aunque por disposiciones sanitarias no pueden utilizar su producto final como envoltorio directo en los comestibles, por lo que no lo pueden vender a panaderías para que coloquen sus productos, por ejemplo, expresó la empresaria.
El material reciclado sirve para el mercado de gaseosas, el de los jugos, todo lo que sea envoltorio para productos que se envuelven en depósitos con material termocontraíble, como así también para consorcios y bolsas patológicas. También para el packaging de negocios como farmacia, boutique o ferreterías. En su planta del Parque Industrial de Paraná trabajan unas ocho personas y aseguran que no se utiliza ningún elemento químico.
“El plástico se funde a más de 200 grados, cuidamos su proceso y no queremos que se utilice en productos de alimentación. La bolsa camiseta, las que se usan para los supermercados, compran reciclados en muchos casos”, define la empresaria, quien reconoce que en el país existen varias empresas como la suya, y en Buenos Aires el negocio del reciclado está más avanzado ya que se puede comprar el grumo de reciclados, y se hace más corto el ciclo productivo.
Bolsas saludables
Todos los estudios científicos de impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida completo apuntan a las siguientes características que deben reunir las bolsas de comercio para conformar un escenario ideal desde el punto de vista ambiental: bolsas que sean reutilizables, que se destinen a un segundo uso como bolsa de basura y que tengan gran espesor para que disminuya el riesgo de su abandono. En ese escenario, las bolsas de plástico reutilizables constituyen la mejor de las soluciones desde el punto de vista ambiental tanto en términos de consumo de energía y agua como en cuanto al impacto ambiental de las emisiones de CO2 y otras. Las bolsas biodegradables también pueden ser parte de la solución si son reutilizables, existe la garantía de que van al destino de compost y no se confunden con las que van al circuito del reciclado.
Usos del material reciclado
Con el reciclado, en la planta de Paraná se fabrican bolsas para residuos patógenos y domiciliarios, cumpliendo con las normas de seguridad y resistencias más rigurosas y son confeccionadas con materia prima 100% reciclada y con utilidad en hornos incineradores u otros dispositivos de tratamiento de residuos patógenos. Bolsas impermeables, resistentes y opacas, de color rojo, con opción de impresión; bolsas para residuos domiciliarios confeccionado con material 100% reciclado; bolsas para comercios de colores y medidas a elección; bolsas camiseta con fuelles laterales que forman manijas, con soldaduras de alta resistencia simple o doble; bolsas troqueladas y bolsas corte riñón y bolsas carteras con manija troquelada; y rollos de films, entre otros.
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