La ausencia de representantes del gobierno de Estados Unidos en la COP30, vienen marcada por el conocido negacionismo climático de su presidente Donald Trump y ha llevado a la sociedad civil y a otras naciones a aumentar la lucha contra la desinformación.
Las organizaciones y líderes estadounidenses presentes en la cumbre de Belém, Brasil, han tomado la iniciativa para confrontar la negación climática y lo hacen buscando soluciones basadas en la naturaleza, una transición energética justa y defendiendo la ciencia climática.
La sociedad civil de todo el mundo y varias organizaciones de defensa del medio ambiente, los derechos humanos y los ecosistemas han asumido un rol mucho más activo en la lucha contra los que niegan el cambio climático, como es el caso del presidente de los Estados Unidos o el de Argentina.
Estados Unidos en la COP30: la ausencia del Gobierno y el impulso de la sociedad civil
El Gobierno de Estados Unidos ha dado plantón a las negociaciones climáticas por primera vez en décadas, pero no así miembros de la sociedad civil de ese país que participan en la cumbre climática de la ONU (COP30) en Belém para señalar que ellos sí creen en la ciencia.
Aunque no pueden competir con los enormes pabellones de países como China ni sentarse en la mesa de negociación, empresas, académicos, estudiantes y ONG estadounidenses han viajado a Brasil para tratar de llenar parte del hueco dejado por el presidente Donald Trump.
«Como puedes ver, la comunidad empresarial está aquí», responde, rotundo, a una pregunta de EFE Martin Durbin, uno de los vicepresidentes de la Cámara de Comercio de EE.UU., que participa en un evento sobre la economía de bajo carbono junto a otros directivos.
Preguntado sobre el impacto que pueden tener las decisiones de Trump sobre la agenda climática de las empresas, Durbin asegura que la apuesta por la transición energética es una «decisión estratégica a largo plazo» y que las compañías ven en ella una «oportunidad».
Estudiantes y universidades de EE.UU. defienden la ciencia climática en Belém
A ninguno de los estadounidenses presentes en la COP30 les sorprende la ausencia del Gobierno de Trump, quien ha tachado el cambio climático de «estafa» y que decidió salir del Acuerdo de París nada más tomar posesión del cargo.
Pese a que era esperado, William Freeman, un alumno de 29 años miembro de la Coalición Medioambiental de Estudiantes de la Universidad de Yale, dice que la ausencia le «avergüenza» y que espera que el resto de delegaciones entiendan que Estados Unidos es un lugar «con diversidad de opiniones».
«Si no hay nadie, nadie puede hablar en nuestro nombre; por eso, es importante mantener alguna representación», asegura Freeman, sentado en un pequeño puesto dentro del recinto de la cumbre, cubierto de pósters sobre la contribución de los insectos al medio ambiente.
En otro puesto unos pasos más allá, la profesora Julia Klein, de la Universidad de Colorado, tampoco se ha querido perder la oportunidad que le ofrece la conferencia para hablar sobre el impacto del cambio climático en los ecosistemas montañosos, su especialidad, y sobre la red internacional de investigadores que dirige, llamada «Centinelas de la montaña».
Con todo, opina que la presencia de la sociedad civil en la COP30 no compensa la ausencia del Gobierno y que el país, el mayor emisor histórico de gases contaminantes, está «perdiendo liderazgo» con esta decisión. «Necesitamos estar en la mesa de negociación e involucrarnos activamente en el proceso».
Recortes de Trump a la investigación y a la acción climática en Estados Unidos
En el actual escenario de negacionismo climático en Estados Unidos, Klein lamenta la reducción de fondos para la investigación y el despido de algunas personas con las que habitualmente colaboraba, como funcionarios de la agencia encargada de la protección de los parques naturales.
Los recortes a subsidios para la acción climática también han afectado, de cierta forma, a la ONG The Climate Registry, que ayuda a empresas a contabilizar su huella de carbono. Su directora ejecutiva, Amy Holm, una orgullosa californiana de 65 años, dice que unos 10 miembros se han dado de baja este año porque, con menos recursos, tienen que dedicarse a lo más prioritario.
Aun así, la activista, cuya ONG organiza viajes de líderes locales y regionales a las COP, dice que este año hubo «mucho interés» para ir a Belém, pese a los problemas con la falta de alojamiento accesible.
California y Gavin Newsom mantienen el liderazgo climático frente a Trump
Prueba de ello fue la fugaz presencia esta semana de la némesis progresista de Trump, el gobernador de California, Gavin Newsom, quien aseguró que su estado seguirá por el camino de la transición energética. «En lugar de quejarnos, estamos aquí para hacer algo al respecto», afirmó y abrió un resquicio de esperanza entre los estadounidenses de la COP30, hasta entonces huérfanos de líder.
La defensa de la ciencia ha sido una de las herramientas esgrimidas por la mayoría de los presentes en la COP30 en contra del negacionismo sin otro fundamento, más que los intereses económicos de unos pocos.
Y la sociedad civil representante de los Estados Unidos, bajo el liderazgo de Gavin Newsom ha dicho que están allí para aportar soluciones y ‘hacer algo’. Seguir leyendo en ECOticias.com / EFE
















