Varios países se han comprometido a producir al menos el 20% de su electricidad a través de fuentes renovables de energía en aproximadamente una década. Esa es una meta ambiciosa. La recesión global golpeó las inversiones en el sector de energía alternativa y la caída en los precios de los combustibles fósiles han amainado el apetito del público por opciones ecológicamente correctas. Así que la búsqueda de alternativas para acomodarse a las vicisitudes del viento y el sol se ha convertido actualmente en uno de los mayores desafíos tecnológicos. Una solución sería superar la intermitencia del viento y del sol al reservar la energía para su uso posterior, en días sin viento o nublados. Pero la tecnología de almacenamiento está aún en fase embrionaria. Es por eso que el sector eléctrico estudia cambiar su forma de operar para prever mejor cuáles serán los puntos altos y bajos de la energía y adaptar su infraestructura dependiente de los combustibles fósiles para así poder controlar esas variaciones…
Las nuevas fuentes renovables de energía han provocado un torbellino en la industria de la electricidad
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