No es ningún secreto. Iberdrola ha conseguido exportar a Estados Unidos su filosofía de energías renovables con relativo éxito. Y su principal embajador, por extraño que parezca, resulta ser un ciudadano muy popular, de fama internacional y premio reciente en su vitrina, que para más señas es el actual inquilino de la Casa Blanca. El martes lo dejaba caer el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, como el que habla de un pariente cercano, durante la presentación de los resultados del tercer trimestre de su filial Renovables: “Obama dijo a Zapatero que sigue a Iberdrola muy de cerca y considera que estamos haciendo un excelente trabajo”. El salmantino tenía el mensaje aún caliente en su memoria. Con motivo de su visita a EEUU el pasado 13 de octubre, el presidente Rodríguez Zapatero tuvo oportunidad de vender algunas de las bondades tecnológicas españolas que sobreviven a la crisis: el desarrollo de energías renovables y la implantación del transporte de alta velocidad. Las palabras de Obama suenan a música celestial en los oídos de Sánchez Galán. En su encuentro con Zapatero, el mandatario de EEUU reconoció que “España es un importante inversor en nuestro país en lo que a energías renovables se refiere y tenemos que aprender mucho de lo que nos pueda enseñar”, un comentario que aludía directamente a Iberdrola y Gamesa.