Una disputa sobre patentes en el mercado de equipamiento eólico de EEUU será protagonista el jueves, cuando General Electric Co. y Mitsubishi Heavy Industries Ltd. se enfrenten cara a cara en un tribunal federal de apelaciones.
Los abogados de GE pretenden convencer a un panel de tres jueces en Washington de que revierta una decisión de la Comisión Internacional del Comercio del año pasado, que estableció que Mitsubishi no violó las patentes de GE para tecnología usada en turbinas eólicas de velocidad variable.
Mitsubishi, que está intentando convertirse en un actor protagonista en el mercado eólico de EEUU, puede tener más que ganar que GE –el líder del mercado– en lo que se ha convertido en una batalla legal en varios frentes.
Mitsubishi ha presentado otra demanda antimonopolio contra GE, alegando que sus ventas en EEUU de turbinas eólicas de velocidad variable pasaron de unos US$2.000 millones anuales a cero, una vez que GE empezó el litigio contra Mitsubishi en 2008 para monopolizar el mercado.
«Pienso que la gente [en el sector eólico] espera que Mitsubishi sea un actor relevante, pero GE le ha hecho ciertamente la vida muy difícil», dijo Tim Stephure, analista de IHS Emerging Energy Research.
GE «quiere sentar precedente con el caso, casi como un aviso para cualquier otro», dijo Stephure.
No en vano, el tribunal de apelaciones que decidirá en el caso de la Comisión Internacional del Comercio –que no se espera hasta finales de primavera– podría tener una influencia importante en los tres años de duras disputas legales entre las dos compañías.
La demanda antimonopolio de Mitsubishi, por ejemplo, ha quedado congelada a la espera del resultado del caso de la CIC. La decisión de la comisión de comercio contra GE llegó después de que otro juez apoyara inicialmente al conglomerado estadounidense.
El juez que llevó la demanda antimonopolio de Mitsubishi dijo que un resultado favorable para GE en su apelación de la decisión del CIC, o en las demandas de violación de patentes contra Mitsubishi que GE presentó en Tejas, «podría hacer inútil la demanda antimonopolio o reducir la confrontación considerablemente».
Pero es improbable que una decisión favorable del tribunal de apelaciones para cualquiera de la partes en el caso del CIC acabe con la disputa legal. Todavía están pendientes varias demandas, entre ellas la de Texas, cuyo juicio empezará en noviembre. Además, ambas compañías ya han avanzado que todavía tienen opciones legales disponibles para utilizarlas en el futuro.