Asia ha sabido forjarse un nuevo y prometedor futuro. Fusiona la cosecha del viento y la tecnología más importante del siglo. La energía eólica se ha afianzado como una de las fuentes energéticas más prometedoras en la lucha contra el cambio climático. Aprovecha el viento para proporcionarle a la humanidad aquello que necesita. Es una forma de energía sostenible, abundante y sostenible en muchos lugares del planeta. Su relevancia es tal que Asia ha fusionado su uso con la tecnología más importante del siglo.
Asia da un paso más allá a nivel energético
Tras saberse sobre este monstruo eólico de dos cabezas para 30 MW, Asia ha presentado el primer centro de datos submarino abastecido por energía eólica. Es único en el mundo. El país asiático China ha finalizado la construcción del primer centro de datos submarino (UDC) impulsado por energía eólica.
Está localizado frente a la costa de la Zona Piloto de Libre Comercio del Área Especial Ling-gang de China (Sanghái). La iniciativa tuvo un coste de alrededor de 1600 millones de yenes (226 millones de dólares). Un proyecto que ha marcado un antes y un después en cuanto a infraestructura informática sostenible y alto rendimiento.
Se trata de una combinación exquisita de energía eólica marina (que otorga más del 95% de la electricidad de la instalación) y un entorno de fondo marino enfriado de forma natural (para bajar el uso energético y de suelo).
Si lo comparamos con otros centros de datos terrestres convencionales, el proyecto submarino ha sido diseñado para disminuir el consumo total de energía un 22,8%, además de descartar el empleo de agua dulce y bajar el nivel de uso de la tierra más del 90%.
Es de público conocimiento que los centros de datos necesitan una importante cantidad de enfriamiento para realizar sus operaciones. Los centros más imponentes pueden consumir hasta 5 millones de galones de agua por día. Cifra que equivale al consumo aproximado de una ciudad de entre 10 000 y 50 000 personas.
Energía eólica y centros de datos: El mix con el que Asia planea triunfar
OpenAI y el centro de datos Stargate AI de Oracle en Abilene, Texas, tienen en sus planes mitigar el uso de agua con un sistema de circuito cerrado. Su función es reciclar un millón de galones iniciales con recargas estimadas de 12 000 galones por año.
Así lo expresó el nuevo codirector ejecutivo de Oracle, Clay Magouyrk, en la conferencia CloudWord de la empresa en Las Vegas. La refrigeración es uno de los mayores drenajes energéticos para estos nuevos centros tecnológicos. En líneas generales, supone entre el 40 y el 50% del uso total energético.
Al tener acceso al agua de mar como método de enfriamiento natural, se estima que la instalación del Área Especial de Ling-gang acotará eso a un porcentaje inferior al 10%. La etapa 1 ya ha culminado. Ha sido pensada para alcanzar una calificación de efectividad en el uso de energía (PUE) de 1.15 (no más).
Las directrices interpuestas en China solicitan que los centros de datos a gran escala nuevos o modernizados se conserven por debajo de 1,25 para finales de este mismo año.
Cabe subrayar que esta iniciativa solo corresponde a la Fase 1 de la imponente construcción submarina. La instalación de prueba de 2,3 MW se extenderá en la Fase 2 para registrar una capacidad de 24 MW, aunque todavía no han otorgado detalles sobre el cronograma de su lanzamiento.
Asia diseña su propio futuro: Energía y tecnología de la mano
A principios de 2025, China impulsó otro UDC al frente de la costa de Lingshui Li, en la provincia de Hainan. Pasó a ser el primer centro de datos submarino comercial del mundo.
La construcción del Área Especial de Lin-gang, a alrededor de 47 millas (75 km) al sureste del centro de Shanghái, es la primera en utilizar la producción de energía eólica marina.
Combina energía renovable con enfriamiento submarina a una escala comercial grande. No obstante, la tecnología se mantiene en sus primeras fases. Asia está construyendo su propio futuro fusionando la energía del viento y la tecnología de los centros de datos. En paralelo, China quiere crear el Godzilla de la energía eólica. Monstruos de 35 MW que podrán verse a kilómetros de distancia.















