Las reservas que posee España bajo tierra han sido centro de atención por parte de empresas de energía a nivel mundial. Nuestro país quiere ir más allá, en prevención de un apagón que crearía un colapso tecnológico, por causa de la crisis energética. ¿Cómo? Levantando búnkeres bajo tierra.
Búnkeres bajo tierra para almacenar energía
Se ha comprobado que el mejor lugar para almacenar energía en forma de hidrógeno o CO2 es en el subsuelo, a miles de metros. Es por ello que la Fundación Santa Bárbara está trabajando en el proyecto que ha sido bautizado como UES365, el cual tendrá una duración hasta diciembre del año 2025.
El proyecto consiste en una investigación para el desarrollo de las mejores alternativas para el almacenamiento estacionario de renovables bajo el suelo. En el proyecto están integradas varias instituciones públicas y privadas, compañías, universidades y asociaciones que estudian el tema.
La opción de almacenamiento energético bajo tierra: es viable y puede ser económica
Para almacenar gases como el CO2 e hidrógeno, se pueden utilizar yacimientos agotados de gas natural y otras cuevas artificiales, los cuales han sido excavados en capas subterráneas de sal. En investigaciones realizadas se ha comprobado que son excelentes como sitios donde guardar estos gases.
Los cuales resultarían muy económicos, puesto que se ahorrarían los costes de excavación. De hecho, España lo ha entendido así y lo tiene en consideración para convertirlos en una forma de almacenaje natural para estos gases con alta presión, lo que permite disponer de energía limpia y renovable.
De forma casi ilimitada, porque muchas de estas cuevas subterráneas son muy espaciosas. Un ejemplo es el área de las Marismas, donde se sacaron 1.000 millones de metros cúbicos de mineral durante un tiempo aproximado de 30 años, hasta que el yacimiento se agotó, dejando de ser rentable.
En este lugar se puede almacenar, para su uso posterior, una gran cantidad de hidrógeno verde o CO2. Para prevenir que por un apagón se produzca un colapso tecnológico que impida dar uso a esta energía guardada, se proyecta usar el gas como vector de aire comprimido durante todo el año.
El sistema que se está proponiendo es muy versátil, además de ser sostenible, no contaminante y amigable con el medio ambiente. Aparte de que saldrá más barato. Sin embargo, como es un método muy innovador, requiere una fuerte investigación a fin de hacerlo técnicamente viable.
Por eso se está determinando cuáles son los mejores puntos de nuestro país donde estarían dispuestas estas minas subterráneas agotadas, que pudieran servir de almacenes. También se contempla que allí mismo se pudiera obtener hidrógeno verde por electrólisis y almacenarlo de inmediato.
Es de señalar que esa necesidad se debe a problemas de generación de energía renovable, como la estacionalidad e intermitencia en la producción fotovoltaica y eólica. De igual forma sucede con el almacenamiento con baterías, lo cual es muy ineficiente en aplicaciones masivas.
Los recursos y participantes activos en el proyecto para crear búnkeres bajo tierra
Este proyecto tiene un presupuesto asignado, para funcionar hasta la fecha de su finalización, de seis millones y medio de euros. De los cuales, cuatro y medio son aportados por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del Ministerio de Ciencia e Innovación de España.
El resto son financiados por entes privados y universidades como el Instituto Geológico y Minero de España, la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro Nacional del Hidrógeno, la Universidad de Salamanca, la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía, entre otras empresas.
Concluyendo, la idea de almacenar energía en búnkeres bajo tierra cobra cada vez más interés en España, donde ya se planifica el levantamiento de algunos de ellos. De seguro que estos servirán de experiencia para la generalización de estas instalaciones.
