China acaba de romper todos los paneles solares convencionales con un invento que derrumba la energía fotovoltaica. Muchos creyeron que el cristal que produce 1.000 veces más energía sería el fin de las placas solares, pero el producto que está preparando China podría cambiar mucho las cosas. Aunque a lo largo del tiempo han aparecido varias formas de crear energía, el ser humano siempre ha utilizado la fotovoltaica. De hecho, es la energía en la que la mayoría piensa al reparar en las renovables.
La energía solar fotovoltaica convierte directamente la luz solar en electricidad utilizando una tecnología basada en el efecto fotovoltaico. No contamina y se genera con paneles solares. Al incidir la radiación del sol sobre una de las caras de una célula fotoeléctrica (que compone los paneles) se provoca una diferencia de potencial eléctrico entre ambas caras que hace que los electrones vayan de un lugar a otro, produciendo una corriente eléctrica.
Cuando la tecnología fotovoltaica daba sus primeros pasos, se utilizó para proveer de electricidad a los satélites. Según la APPA, no fue hasta la década de los 50 que los paneles fotovoltaicos aceleraron su desarrollo hasta convertirse en el producto que hoy conocemos: una opción alternativa a los contaminantes combustibles fósiles.
China logra lo impensado: destierra a los paneles solares convencionales
China está destruyendo a Japón con su construcción de paneles solares de perovskita. Aspira a crear las piezas más avanzadas del mundo. Longi ha conseguido una eficiencia récord del 34,6% con una célula solar en tándem de perovskita-silicio. China goza de un lugar privilegiado en el mercado de los paneles solares por su poderosa industria del silicio. Sin embargo, no deja que Japón avance ni un poco.
El país nipón está preparando células de perovskita, pero China se ha adelantado. Un equipo de investigadores financiados por Longi, la corporación china líder en paneles solares, logró una eficiencia récord del 34,6% con una célula solar en tándem de perovskita-silicio. En otras palabas, una célula fotovoltaica que integra capas de ambos materiales para absorber la mayor cantidad de energía posible en todo el espectro de luz solar.
La célula que ha registrado el récord es un prototipo. Sin embargo, Longi también ha presentado células en tándem de tamaño comercial (M6) y los primeros paneles solares con esta tecnología de un metro cuadrado de superficie, que alcanzaron eficiencias del 30,1% y 25,8%, respectivamente. El estudio fue publicado en la revista Nature y las cifras obtuvieron la certificación del Laboratorio Nacional de Energía Renovable de Estados Unidos (NREL).
La eficiencia de los paneles solares muestra cuánta de la energía que incide sobre la célula fotovoltaica puede realmente aprovecharse como electricidad. A través de un proceso llamado heterounión, Longi ha recopilado los beneficios del silicio y la perovskita, el “material milagroso” del sector solar, para romper con el límite teórico del 33,7% que han registrado hasta ahora las células solares de silicio.
Los paneles solares convencionales se rinden ante la última tecnología de China
Longi sobrepasó esa cifra, a la que comúnmente se conoce como límite de Shockley-Queisser, a finales del año pasado. Entonces, presentó ante el mundo una célula en tándem con una eficiencia del 33,9%. Ahora el nuevo récord está en 34,6%, unas décimas importantes para los laboratorios de investigación fotovoltaica.
Este progreso por parte de China ha tenido respaldo público y privado, con colaboradores como la Universidad de Suzhou, el Instituto de Investigación de Energía Limpia de Huaneng y la Universidad Politécnica de Hong Kong.
Las células solares en tándem de China prometen revolucionar la industria fotovoltaica, a tal punto que podrían representar el fin de los paneles solares tal y como los conocemos. Una revolución que no consiguió ni siquiera la esfera que se llena de agua y multiplica por 10.000 los rayos del sol.
