Dinamarca está dispuesta a reescribir la historia del mundo que desde hace años se ve asediado por el cambio climático. Ya no es un secreto que los combustibles, aunque eficientes, generan altos niveles de contaminación. Frente a este escenario, las energías renovables se ven como la vía alternativa perfecta para lograr energía sin comprometer al medioambiente.
Un gran número de países ya confía en las bondades de la energía eólica, solar, geotérmica o de las mareas. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer. Los combustibles fósiles aún son importantes en materia energética en múltiples industrias. Las energías renovables son muchos más sostenibles que los combustibles fósiles.
Pero para que sea posible verlas como las sustitutas definitivas de los fósiles deben solventarse varios desafíos técnicos (como su intermitencia). Ahí es donde Dinamarca tiene mucho que decir. El país europeo se ha animado a producir un recurso que sí podría reemplazar a los combustibles fósiles en varios escenarios.
Dinamarca planea generar un cambio en el sector energético
Tras descubrirse que el motor de amoniaco descarbonizará el transporte marítimo, Dinamarca se ha lanzado a fabricar amoniaco. Esta no es la primera vez que se crea este recurso, pero sí la primera en la que se hace directamente con energía eólica y solar.
Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas, compañías danesas, han unido sus esfuerzos y experiencia en la industria renovable. Juntas, planean elaborar amoniaco verde de manera eficiente. La fábrica de Ramme se torna como la primera lista para funcionar con energías intermitentes.
Lo hace siguiendo tres pasos. El primero corresponde a la producción de energía limpia. La planta obtiene electricidad de un parque de energías renovables situado a escasos metros de distancia.
Antes de que se levantara la fábrica de amoniaco, el parque ya disponía de seis turbinas eólicas Vestas V80 de 2 MW. La iniciativa abarcó la instalación de 50 MW en paneles solares bifaciales. La nueva capacidad solar se agregó a los 12 MW de potencia ya instalada en aerogeneradores.
Es la primera vez que un parque híbrido eólico y solar va conectado de forma directa a una planta de amoniaco.
Cómo es el proceso de la fábrica de amoniaco de Dinamarca
La segunda etapa que tiene lugar en la fábrica de Dinamarca es la electrólisis de agua. La energía limpia producida por los paneles solares y las turbinas eólicas se emplea en el abastecimiento de un electrolizador.
Este es un dispositivo que aplica electricidad en el agua para descomponer las moléculas de H20 en hidrógeno y oxígeno. Se trata del mismo método utilizado para la adquisición de hidrógeno verde. En este marco, solo se usa como paso intermedio hasta alcanzar el amoniaco.
Aspecto que se da debido a que el hidrógeno no se almacena como gas ni tampoco se usa como combustible. Llegamos así al último paso: la síntesis del amoniaco. El hidrógeno (de la electrólisis) se mezcla con el nitrógeno extraído del aire.
Este proceso obtiene la denominación “síntesis de Haber-Bosch». Se despliega en un “bucle de síntesis” adaptado para funcionar pese a la naturaleza intermitentes de las fuentes renovables.
Una de las características clave de la fábrica de Dinamarca es que puede ajustar la generación a las fluctuaciones en tiempo real de la solar y la eólica.
La planta sube o baja de forma automática su producción tomando como referencia la disponibilidad de energía renovable. A largo plazo, este rasgo optimiza su eficiencia y sus costes operativos.
Qué supone la fábrica de amoniaco de Dinamarca
Con el pertinente seguimiento del sistema mencionado, la planta de Ramme promete generar 5000 toneladas anuales de amoniaco verde. Puede emplearse como fertilizante, combustible y portador de hidrógeno.
Todo sin emisiones de carbono vinculadas a su producción. La generación de 5000 toneladas de amoniaco verde representa un ahorro de 8200 toneladas de CO2 al año.
Es un importante paso para la humanidad, ya que se trata de la primera planta del mundo que ha demostrado una inclusión directa de energía eólica y solar en la producción de amoniaco.
Dinamarca reescribe la historia mundial con esta fábrica. Justo en el momento en el que el mundo mira hacia al amoniaco como portador de hidrógeno para el sector marítimo.