Europa encuentra energía para abastecer la civilización bajo milenios. Un país la ha acaparado por completo. En los últimos años, el interés por las energías renovables no ha parado de crecer. El motivo es claro: los combustibles fósiles tienen los días contados debido a su alta huella ambiental. Frente a este escenario, el mundo necesita soluciones energéticas más compasivas con el medio ambiente. Una búsqueda desesperada ante la que hemos sido testigos de proyectos tan revolucionarios como esta baldosa que genera energía gratis en casa.
La preocupación por el medio ambiente y la necesidad de alternativas más sostenibles ha desembocado en un importante avance tecnológico. Asimismo, diferentes compañías y expertos investigan nuevas formas de abastecimiento recurriendo a energías nuevas u olvidadas. Cada vez son más los usuarios y empresas que optan por el uso de renovables en sus actividades diarias, un aspecto que contribuye a la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero y, a su vez, aumenta la demanda que antes se suplía con fósiles.
Con el continuo desarrollo de nuevas tecnologías y el hallazgo de nuevos espacios energéticos, el futuro de la sostenibilidad parece más prometedor que nunca. Las renovables inciden en menor medida en el medio ambiente si los comparamos con las fuentes no renovables. Al usar fuentes naturales y limpias, bajan las emisiones y disminuye la dependencia de los combustibles fósiles, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y la preservación de los recursos naturales.
Europa halla una energía prometedora que podría abastecernos durante siglos
Francia se llevó una grata sorpresa mientras buscaba gas natural. En su lugar, encontró la mayor reserva de hidrógeno blanco del planeta. En Lorena, los expertos exploran un yacimiento virtualmente ilimitado de H natural. Su problema es su profundidad: es demasiada y todavía no existe una tecnología adecuada para extraer el H depositado allí.
La reserva de hidrógeno virtualmente inagotable al norte de Francia inquieta a ingenieros y científicos, quienes deben trabajar a contrarreloj ante la falta de tecnología óptima para la extracción. El potencial de este espacio es tan grande que merece la pena intentarlo. Su inesperado descubrimiento se produjo en 2022, durante el transcurso de unas exploraciones de metano bajo las minas de carbón de Folschviller, al norte de la región francesa de Lorena.
Bajo estas circunstancias, un equipo de investigadores halló una reserva de hidrógeno natural. El solo hecho de haberla encontrado ya fue un hito, pero su relevancia siguió creciendo a medida que se introducían en sus profundidades, donde la concentración iba incrementándose.
Tras meses analizando la concentración de gas en diferentes estratos, los especialistas advirtieron que posiblemente se encontraban ante el mayor depósito de hidrógeno blanco conocido, una proeza que abría ante Francia y Europa un nuevo escenario energético.
Europa encuentra energía para el próximo milenio
El primer desafío que tiene el equipo por delante es encontrar o desarrollar una correcta tecnología de extracción. Por ahora, no existe una capaz de extraer y separar el hidrógeno de otros gases a profundidades superiores a un kilómetro. El segundo reto al que se enfrente es el modelo económico. Los expertos deben fraguar un plan que permite amortizar la inversión que supone la extracción de hidrógeno en condiciones de presión y mezcla diferentes a las explotaciones de gas habituales.
Planean extender la exploración un par de años más para comprender mejor el yacimiento y evaluar hasta qué punto podría brindar soluciones para el ser humano. Después, la prioridad será la creación de un modelo industrial óptimo para extraer esta fuente de energía. Europa ha encontrado la “energía del futuro” y pretende examinar al 100% su potencial. Mientras tanto, el Corredor Vasco del Hidrógeno acapara todo el protagonismo entre los mejores ocho proyectos del mundo.




















