Se ha descubierto que un extraño fenómeno tiene lugar todos los años durante una hora. Afecta a algunas ciudades, que terminan apagándose al mismo tiempo. Para mitigar el desolador efecto del cambio climático, es vital generar conciencia en los usuarios. Esta acción es vital para que personas de todo el mundo respalden las políticas de mitigación y adaptación.
El cambio climático ya forma parte de nuestra vida, queramos o no. De hecho, en varias partes del mundo ya ha comenzado a notarse su presencia. Es un problema grave y sus consecuencias ya se están notando. Por ejemplo, con el derretimiento de los casquetes polares, un mayor riesgo de inundaciones y un largo etcétera.
La gravedad del calentamiento global se tornará menos grave si acotamos la huella de carbono del planeta. Esto puede lograrse por medio de acciones sencillas que marcan el estilo de vida de la humanidad. Una de ellas es el uso que le damos a la luz. ¿La tenemos encendida más tiempo del necesario? Para tomar conciencia, un extraño fenómeno se hace presente año sí y año también.
Este fenómeno cambia la conciencia mundial: las grandes ciudades ya lo implementan
Cada año desde 2007, se insta a ciudadanos/as de todo el mundo a apagar sus luces como una muestra simbólica de apoyo a la conciencia ambiental. La ONG ambientalista WWF advierte que la campaña se trata de un recordatorio de que deben tomarse medidas climáticas urgentes para mitigar el contexto actual.
Bajo este marco, los monumentos más emblemáticos de ciudades de todo el mundo se unieron a este fenómeno marcado por la oscuridad como una forma de reclamar medidas sostenibles. Este año, este fenómeno se “celebró” el pasado 22 de marzo entre las 20:30 y las 21:30 horas.
Ciudades de Asia y Europa apagaron sus luces para simbolizar la solidaridad que atesoran con el planeta. La Sky Tower y el Harbour Bridge en Auckland, Nueva Zelanda, fueron los primeros municipios en unirse a la oscuridad a las 8:30 p.m. hora local (7:30 a.m. GMT).
Otros monumentos más al este de Asia y Europa siguieron el ejemplo cuando se hicieron las 8:30 p.m. Entre ellos, destaca la Ópera de Sydney, el parque Gardens by the Bay en Singapur, el templo Wat Arun en la capital tailandesa Bangkok, la Puerta de Brandeburgo en Berlín, el Coliseo en Roma y el London Eye en Reino Unido.
Esta iniciativa es una demostración más del compromiso global que el mundo atesora con la mitigación del cambio climático. Además, se suma a esta linterna de sal y agua, que crea luz sin el uso de enchufes y baterías. No deja de lado el consumo de luz, pero sí la crea con recursos impensados.
¿Qué es la hora del planeta? El fenómeno que nadie puede parar
La expectación por la concreción de este fenómeno una vez más fue tal que los ciudadanos/as reunidos en la Puerta de Brandeburgo de la capital alemana cantaron canciones como «What a Wonderful World» de Louis Armstrong o «Imagine» de John Lennon.
Cabe destacar que el fenómeno llamado “La Hora del Planeta” surgió en Australia en 2007. Desde ese momento, se convirtió en un evento anual mundial donde los horizontes se vuelven oscuros y las calles de las ciudades se tiñen de conciencia climática.
Esta campaña, cada vez más extendida, incita a personas de todo el mundo a otorgarle una hora a la Tierra. En un comunicado emitido antes de la 19ª edición del evento, la directora general internacional de WWF, Kirsten Schuijt, afirmó que la campaña es un “poderoso recordatorio de la urgencia de actuar mientras aún podamos”.
Una hora destinada a la Tierra, un fenómeno extraño que ya está vigente
“Lo que está en juego nunca ha sido tan importante. El año pasado fue el más caluroso registrado, coronando la década más calurosa, con los mares más calientes jamás registrados. También hemos sido testigos de incendios forestales, tormentas y sequías históricas”, observó.
Y prosiguió: “Nuestro mundo está en peligro y nos estamos acercando rápidamente a peligrosos puntos de inflexión climáticos más allá de los cuales los ecosistemas clave nunca podrán recuperarse”.
Una vez al año, tiene lugar este extraño fenómeno durante una hora. Ciudades de todo el mundo se apagan con un mismo propósito: sanar la Tierra. En paralelo, expertos en energía crean nuevos y revolucionarios inventos para producir energía de manera sostenible, como esta esfera que usa la luz de la Luna.




















