El sistema eléctrico español avanza en su transformación hacia uno basado en las renovables. Estas fuentes de energía son la primera opción para descarbonizar la generación de energía eléctrica y luchar eficazmente contra el cambio climático.
España es un país que puede presumir de ser referente mundial en integración de las renovables en el mix energético, pero aún quedan cosas por hacer y una de ellas es optimizar el sistema eléctrico para que se adapte a las renovables.
El suceso del 28A tiene que servir para hacer reflexiones juiciosas y basadas en la ciencia y en las evidencias. Las renovables no fueron el problema, pero hay mucho que cambiar para que el sistema sea adaptable, resiliente y eficaz.
Red eficiente, adaptable y resiliente
Ante la avalancha de opiniones y especulaciones a raíz del apagón eléctrico del pasado lunes 28 de abril, desde Som Energia, con más de quince años en el sector, aportan algunas reflexiones. La cooperativa Som Energia no solo comercializa luz, sino que también produce parte de su propia electricidad.
Sus plantas fotovoltaicas, como todas las de la Península, se detuvieron automáticamente por seguridad cuando la red cayó a las 12:33 h. La mayoría se recuperó de forma autónoma entre las 20 y las 21 h, mientras que unas pocas requirieron intervención técnica. Este comportamiento es inherente al funcionamiento de la red: si ésta cae, no hay dónde verter la energía generada.
Mientras todavía se están aclarando las causas, que muy probablemente, serán multifactoriales, es importante tener una premisa muy clara: el apagón no puede atribuirse exclusivamente a una elevada penetración de energía solar y eólica en la red.
De hecho, en otras ocasiones la producción renovable había sido similar o superior a la de este lunes. Hay muchos factores que contribuyen a asegurar el correcto funcionamiento del sistema eléctrico, y en este sentido, uno de los mayores retos para garantizar su estabilidad es adaptar la red para que pueda integrar eficientemente las renovables.
El rol de las baterías
Otro de los aspectos a mejorar es el almacenamiento de la energía a través de baterías. Éstas pueden contribuir a la estabilidad del sistema eléctrico, especialmente en un modelo basado en renovables.
Tendrán un papel relevante para gestionar la intermitencia y aportar flexibilidad a la red. Para que esto ocurra, también será necesario adaptar el sistema y establecer medidas que faciliten su implementación.
La red eléctrica, que gestiona Red Eléctrica de España (REE), debe adaptarse a las nuevas necesidades energéticas de la sociedad. Es importante, también, que ponga las medidas necesarias para no volver a ponerla en riesgo con situaciones caóticas y consecuencias como las de este apagón.
Después de lo que pasó, está claro que es imprescindible agilizar la regulación del almacenamiento, eliminar las barreras que dificultan la integración de las renovables en la red e implementar los mecanismos necesarios que den resiliencia al sistema.
Las renovables son un sistema sostenible
Solamente esto permitirá tener un futuro más sostenible. No será rápido, pero es técnicamente posible. Por otra parte, es necesario un compromiso político claro que garantice las medidas necesarias que permitan llevar a cabo la transición energética.
Así pues, la clave para un sistema energético sostenible no es cuestionar a las renovables, sino mejorar la gestión y la infraestructura de la red. Las nucleares y las energías fósiles no son la respuesta, porque conllevan riesgos para la sociedad y dependencias geopolíticas.
Las opiniones que buscan desprestigiar a las renovables a menudo responden a intereses privados o económicos. Desde Som Energia, reafirman su compromiso con un futuro 100% renovable, transparente, distribuido y participativo, y que tenga en cuenta el interés de toda la ciudadanía y el planeta.